"Amor a mil demonios... por un Ángel."

Cápitulo 1

"Creí que serías mi infinito, y si, lo fuiste, pero como todo infinito, te volviste en un  agujero negro." - JULIE GOLDENBERG

    Y otra vez, me encuentro encerrada en el baño llorando, quizás es el único lugar que me siento segura, donde nadie podría darse cuenta de lo que realmente siento, pero que podia hacer? Suponen que sepa todo con tan solo 12 años? Quieren que ignore todas las cosas que se gritan día a día? Yo no creía en el amor, y creo que con eso era peor, ni una ilusión nacería de mi luego de ver ese matrimonio, con el que vivia. Siento miedo, como protegería mi corazón de tanta mierda? Mi padre ya me lo había recordado hoy - nunca nadie se enamorará de ti - realmente lo sabía, lo sabía bien. Quien podría enamorarse de una niña como yo? Bueno, lo único lindo que tenía creo que son  mis ojos azules.  Existian tantos problemas dentro de mi, como dentro de mi entorno  que el suicidio o la "autolesión", suenan agradables. Pero no podía, mi hermano me necesitaba, no quiero que viva con todo esto y más recordando haber tenido una hermana que lo dejo solo. No había nada, ni siquiera tengo una amiga para poder contarte todo lo que me pasa. Estoy sola. Ya tenia que vivir con el hecho que mis padres no se aman, que solo estaban unidos por mi hermano y por mi, que nunca nadie se podría enamorar de mi, que mi autoestima cada vez bajaría más, que quizás nunca desarrollaría lo que es ser amado, ir a luchar en el colegio, ya que me hacían bulliyng por mi figura, quizás en sus mentalidades cerradas no entraba otra figura que no sea la 'planitud'. Solo me quedaba aguantar un tiempo más. Nunca le mostraría a nadie lo débil que soy. Ojala algún día alguien me ame, ojala algún día alguien me necesite, ojala pueda llegar a ser su mundo, quizás alguien podia lograr ver atrás de toda este cuerpo destruido y detrás de mis lágrimas, aunque lo negué, creo todavía en que tengo una oportunidad de ser feliz, con alguien. Todavía creo en que toda la mierda puede pasar, no creo en princípes, ni princesas, pero quizás la vida me tenga compasión. Dormiré derramando unas cuántas lágrimas, tratando de ya no escuchar estos gritos, creando en mi imaginación una vida mejor, algún amor.