La conocí en el metro - Capítulo I.

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Lauren POV.

Que depresión madrugar un domingo pa ir a buscar los útiles del colegio, seguro ni los utilizo. Hijueputa pereza ir mañana a verle la cara a esos garbimbas de profesores faltos de sexo, pero que más da, esa es la vida de la loma.

- Bueno Clara Inés, me voy pal hueco, voy a comprar los útiles.
- ¿Cuántas veces le dicho culicagada que me diga mamá?
- Ay sí, mamá, como sea, suerte pues, deme la bendición.
- Bueno mija, que el divino niño me la cuide y me la favorezca y Lauren Maritsa la quiero en la casa temprano, vea la plata, compra lo que es y no se gasta ni un peso más, ni un peso menos ¿OYÓ? sino la casco mariconcita.

- Todo bien pues cucha, nos vemos.

No marica, que pereza caminar al metro... uno por pobre y arrastrada, pero pinta si soy pues, yo con un carro o una moto bien chimba me faranduleo a todas las de la comuna.

Cuando ya estaba entrando al metro había mera cola, unas ganas impresionantes de devolverme pero seguro llego sin cuadernos al colegio y la mongólica de la profesora me hace una anotación. Mucha piroba la Iggy Cecilia, como si no supiera yo que me lleva ganas.

Bueno Lauren, a utilizar los dotes de actriz. Tantos años viendo pandillas guerra y paz tienen que servir para algo.

- Permiso, permiso, con permiso...
Oiga bobo hijueputa, quítese, o es que usted no sabe quién soy yo? Le dije así re imponente a ver si me comía el cuento.

- Una como cualquiera que monta metro, bájese de la nube bobita.
Y el malparido me hizo fokiu, creía seguro que me iba a quedar con esa, ja, no sabe quién Lauren Maritsa.

- Métase ese dedo por el culo y grite Colombia papito, ush, que modales los de esta gente, por eso es que no progresamos.
Que indignación, espere y vera que cuando tenga más plata que Pablo Emilio Escobar se van a venir a arrodillar todos estos muertos de hambre.

Cuando por fin me monté al metro, había una tipa con un culo.. que digo un culo, UN CULAZO huevón, y aparte la zorra tenía unos leggings y una camisa ombliguera que puso a medio metro a botar la baba, pero pues parce nunca falta el morboso que se atrevió a acercársele:

- Uy mami, como esta de rica ¿todo eso es suyo?

Le dijo un tipo re ñero, el zarco de la vendedora de rosas no era nadie a su lado.

- Váyase a joder a otro lado basuquero hijueputa-. Le dijo la tipa del culote, tan brava, así es que me gustan.

- Pero no sea arisca, déjese consentir-. le seguía molestando el marica este, y al momento en el que ella volteó, el ñero le mandó la mano al culo.

Esa si es mucha pichurria pana, y nadie hacia nada.

- Que la deje quieta gonorrea ¿es que no entendió o la traba no lo deja?-. No podía aguantar más, ese tipo la estaba manoseando toda.

- Tombo, tombo, venga pues mijo sirva pa algo y saque a este acosador-. Tenía que llamar a un policía, que tal ese tipo saliera con un cuchillo-.

- Uy mostro, nada, tranquilo, no estaba haciendo nada, ya, todo bien, todo bonito-. se intentaba salir del problema.

- No, ni mierda, sáquelo tombo, haga algo parcero-. seguía insistiendo yo para que lo sacaran del metro, mientras la del culazo seguía callada-.

- Nada, nada, relajao, yo me alejo todo bien, fuiciosos, que mi dios me los bendiga, amén-. Y como si nada se pasó de vagón, aquí la policía si es que no sirve pa nada.

Luego todo se calmó, aunque la gente aún nos seguía mirando. Que gente tan sapa, Dios mío, y ella ahí en un rincón toda callada. Tenía ganas de hablarle, así que me atreví.

La vida de la comuna - Camren ñero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora