Mercy.

Una noche llena de energía.

La tarde-noche alcanzó el almacén abandonado. Una enorme lona fina se deslizó sobre el enorme hueco y logró cubrir todo con seguridad. Un jóven que poseía una especie de máscara asintió convencido mientras el hombre a su lado se punteaba el bigote gris con felicidad por el éxito reciente.

Cuando concluyeron, ambos saltaron del techo hacia unos tantos metros al suelo, cayendo sin ningún daño y totalmente ilesos.

"Gracias por ayudarme, Danjuro. Sin duda habría tardado más de lo debido sin tí."

"Por favor, Jin. Es un placer ayudar... Manami encontró otra tienda local que hacía sucios cambios de valores en productos vencidos e involucraba negocios de droga en su interior. ¿Puedo pedirte que hagas un clon y reportes a la policía local lo que hemos obtenido?"

El sujeto enmascarado no dudó y creó una copia de quién parecía ser Izuku solo que con cabello negro y lacio, totalmente despeinado. Tomó el paquete que pronunciaba la gran cantidad de información obtenida y lo vió partir a pie mientras saltaba ágilmente desde los techos de algunas casas lejanas.

"¡Considéralo hecho, amigo! ¡Han salvado el día otra vez!"

Oír eso hizo sonreír involuntariamente al hombre avergonzado que avanzó hacia la entrada sin tardar más. Habría ido él mismo a entregar ese paquete, pero le dolían mucho los músculos por el entrenamiento matutino.

¿Quién diría que la gran "Lady Nagant" era un monstruo como profesora?

Entraron y tuvieron que luchar para no reírse de Manami Aiba, que se hallaba revolcada en un colchón, totalmente adolorida. Kaina se halla a secándose el cabello mientras bebía agua de una botella, totalmente tranquila.

"Buen trabajo a ustedes dos." Dijeron los hombres al verlas concluir sus entrenamientos.

"Mismo digo." Respondió la de cabello azul oscuro y rosa. "¿Izuku?" Consultó mientras miraba a su alrededor.

"Oh, fue a suplantarme en la pizzería." Respondió Danjuro, alzando la mano respetuosamente con otra en el pecho. "Izuku notó que me dolían los brazos de tantas pesas y dijo que descansara... Como ves, no acaté del todo su pedido."

Ella negó con una leve sonrisa, mirando como el lugar se aparentaba cada vez más a un hogar. Luego todos dirigieron sus miradas al poste de metal conectado a tantos cables y vieron como de una poderosa descarga, Izuku aparecía con un mantel y un sombrero, estirando las cajas de pizza hacia sus amigos.

"La cena está servida." Acotó el de cabello verde mientras los miraba con una leve sonrisa.

Este era el día a día del grupo que se autodenominaba "Soporte de Izuku". De entre todos, quienes trabajaban en cosas de medio tiempo eran Izuku y Danjuro. Kaina se encargaba de entrenar a todos ya que no le gustaba quedarse quieta y no hacer nada y Manami era la informante y prácticamente el cerebro del grupo. Ella les informaba de todo lo que ocurría en el mundo, la ciudad y los alrededores... A veces de formas ilegales, pero ya ni se molestaban en regañarla por eso. Al contrario, se vieron obligados a ayudarla a ocultarse del mundo exterior con métodos prácticos para sus hackeos para evitar la atención indeseada.

Todos eran un grupo pacífico. Prácticamente era Izuku el único envuelto en violencia a su alrededor, pero el resto eran personas que intentaban aparentar ser normales en lo posible.

Sin embargo, a veces, la vida no permite ser muy afortunado en eso...

La puerta principal del lugar fue golpeada con algo de severidad y el grupo ni tardó en prepararse agresivamente para lo que ocurriera. Izuku fue el único que suspiró e intentó calmarlos.

Lamentablemente, el grupo no era tan fantasma como deseaban ser. Ellos solo querían vivir tranquilamente. Nada de problemas... Pero a veces, estos los buscan a ellos.

La puerta fue abierta con total normalidad e Izuku suspiró ante el que se encontraba frente a él. Kaina se mostró sorprendida al verlo, puesto que si bien no lo conocía en persona o en su pasado, ella tenía claro perfectamente quién era ese sujeto frente al chico sin camiseta.

"Akaguro, ¿Qué se te ofrece?" Consultó con amabilidad el chico hacia el hombre frente a él.

El sujeto tenía un rostro plano. Su nariz estaba en ausencia y su cabello negro era bastante largo y desordenado. Portaba un traje de combate oscuro y su rostro tenía una expresión seria y bastante molesta.

"Estoy por algunos asuntos... Pero ya que estoy de paso, te encargo este problema... Pasa, chico. Este es el "verdadero héroe" del que te hablé..."

Permitiendo el paso, el hombre extraño se adentró un poco en el lugar, y así todos pudieron ver como otra persona se adentraba en el almacén.

"Me lo imaginaba más viejo..."

"Me lo han dicho seguido. Ja, ja... ¿Pizza?"

Viendo el habitual comportamiento amistoso de Izuku, todos vieron como la persona que se adentró en el lugar era alguien muy delgado y lleno de cicatrices de quemaduras. Su cabello era negro y su piel blanca se asemejaba a un cadáver. Kaina no bajó para nada el rifle que apuntaba hacia el par, para consternación de Izuku.

"¡Por favor, bajen todos sus armas!" Imploró cuando notó que Stain ya sostenía una kunai en sus manos. "¡Estamos en una cena, por amor a All Might!"

El sujeto de ojos azules miró a Izuku con duda y luego a Stain. "¿Este es aquél al que reconoces como "verdadero héroe"?"

"Si lo ves en práctica, me creerías... Chico, él es Dabi. Dabi, él es Mercy. Si quieres aspirar a entender sobre cuál es mi ambición en este mundo, debes aprender de él... Si quieres seguirme en mi camino, entonces primero debes entenderlo a él."

El sujeto recién ingresado miró al de cabello verde con curiosidad y suspiró. Kaina bajó el rifle finalmente cuando notó que Stain se preparaba para irse.

"Espera, ¡¿Qué significa esto?! ¡Chizome, no me digas que...!"

El grupo se preocupó cuando una kunai salió volando hacia ellos para ser rápidamente interceptada por una mano que fue perforada rápidamente por esta, siendo atrapada para evitar que siguiera su curso tras eso. Dabi se mostró realmente impresionado al ver que Izuku era quien la atrapó, sin reducir su indagación en el asunto que Stain comenzó.

"Enséñale sobre tu vida a este chico y conviértelo en un hombre como tú... Tiene potencial, pero está desviado. Yo no mato a desviados, pero tampoco permito que me sigan con sus intenciones suicidas y homicidas sin fundamentos nobles."

El hombre se fue, desapareciendo en la oscuridad, sin recuperar su arma. El silencio entonces fue interrumpido por Izuku que sacó el arma de su mano y extendió la pizza hacia Dabi con total normalidad, cerrando la puerta en el proceso.

"Entonces, ¿Pizza?" Ofreció amablemente otra vez, como si nada hubiera pasado.

Y Dabi supo en ese momento que quizás confió en el tipo equivocado para planear su venganza.