Mi Pequeño Niño

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Sentía que en cualquier momento explotaría de la rabia.

El maldito ataque a UA para matar a All Mingh había sido un rotundo fracaso, habíamos perdido a la mayoría de los involucrados y al jodido Nomu, sentía9 que en cualquier momento mis heridas se abrirían, pero lo único en que podía pensar era en ese maldito mocoso peli verde, el seria un jodido problema en todo el maldito plan, eso era un percance que no había tomado en cuenta, un puto adolescente.

— Ven acá maldito mocoso!!  —escuche que gritaban dentro del callejón y de la nada sentí un pequeño golpe, había un pequeño niño no mayor de cinco años, era muy pequeño y en sus ojos se miraba el miedo, estaba lleno de vendas y solo vestía una camisa amplia que le quedaba bastante larga — ho... hola señor, disculpe pero creo que ese niño es mío — podía notar la sonrisa falsa en su rostro.

Mire a la persona de una manera seria, el niño había abrazado mi pierna con fuerza, esta situación era un estupidez totalmente.

— QUE ACASO NO ESCUCHO ESTUPIDO! — grito un chico mucho mas joven que el anterior, se notaba la sangre en su rostro y su mirada vacía, apreté los puños molesto por su comentario, el niño solo se abrazaba de mi pierna, podía sentir el como temblaba mientras aquellos estúpidos caminaban hacia nosotros.

— Solo entregue al niño... y nadie saldrá herido — mire sus manos unas pequeñas chispas salían de sus manos mientras del otro empezaba a salir una pequeña llama, no pude evitar que una pequeña carcajada saliera de mi, los mire detenidamente, sin duda eran unos completos estúpidos.

— ustedes acaso me miraron cara de estúpido? — les mire sonriente, sus caras tan rápido me miraron note que se distorsionaron a una de miedo, el chico que había gritado aun con la cara de miedo, salto hacia mi, lo esquive con facilidad aun el niño literalmente se había colgado de mi pierna, puse mi mano en su cara justo antes de que el pudiera usar su quirk.

El otro me miraba aterrado, intento correr pero un portal apareció frente a el haciendo que apareciera frente mío, puse mi mano sobre su hombro, soltó un ultimo grito antes de desaparecer por completo. Voltee a ver por donde venia, Kurogiri me miraba fijamente caminando con las manos detrás de el.

— yo podía solo — dije parándome correctamente mirándolo de la misma forma, a veces odiaba que me siguiera tratado como un maldito niño pequeño que necesita ayuda o ser vigilado todo el día.

— tu pierna esta volviendo a sangrar, y creo que tienes a un nuevo amigo — apenas me había percatado de que la herida se había abierto, aun que realmente no me sorprendía, dirigí mi mirada hacia el niño, me miraba con un extraño brillo en los ojos que no lo había visto antes.

— he - héroe! — grito apuntándome con un dedo, sentí algo extraño mientras volvía a abrazar mi pierna con una enorme sonrisa en su pequeña cara.

— Oye niño, déjame, de seguro tus malditos padres te buscan — bufe intentando apartado de mi con cuidado de no tocarlo con toda mi mano, el me miro fijamente con una cara ahora neutra y mego rápidamente sin separase de mi — Que?, no tienes padres? — pregunte realmente sin mucho interés, pero el niño asintió, a juzgar por su estado, puedo predecir que probablemente lo habían vendido o se habían desecho de el.

— seria bueno que el viniera con nosotros — casi se me escapa una risa, pero al ver que el estaba hablando enserio, me puse igual que el.

— estas de broma?, que haremos con un niño? — pregunte apuntándole al niño que se había sentado ahora sobre el suelo y bostezaba de manera sonora, no podía tomar enserio esas palabras.

— acaso no lo estas viendo?, si lo dejamos aquí el morirá, esta echo un asco —

— y eso por que me importaría? — realmente no entendía el repentino querer de "adoptar" al niño abandonado.

— acaso eso no hizo el jefe contigo — intente pensar en algo con que contra atacar eso, pero me quede en blanco, no importa que digiera, en tenia razón sobre eso.

— golpe bajo... — suspire pesadamente acariciando el cabello del niño que tallaba su ojito cansado.

— se ve tan tierno — soltó Kurogiri, mientras yo ponía al niño, que estaba medio dormido, sobre uno de mis brazos, tan rápido lo abrase sobre este, el niño se apoyo contra mi cerrando los ojos con una pequeña sonrisa.

Este niños sin duda era algo raro.