7

1.1K 112 14
                                    

Las cosas entre Jihyo y Sana iban realmente bien y Sana estaba tan agradecida por tener a su lado a aquella maravillosa chica que sentía que sin ella la vida simplemente no sería lo mismo, no podía imaginar que sería de ella si Jihyo no la hubiese rescatado de la calle, estaba muy agradecida con aquella lagartija que mordió su pata el día de su rescate, después de haberla maldecido tanto ese día a causa de la herida que le dejó ahora se daba cuenta de que si no hubiera sido por eso Jihyo no la habría tomado del callejón para traerla a este lugar al que en estos momentos podía llamar hogar.

Acostada al lado de la Coreana quien aún dormía la abrazó levemente más fuerte dejando pequeños e inocentes besitos por su cuello, la adoraba demasiado que a pesar de ser menor había desarrollado cierto instinto protector hacia la más alta, haría lo que fuera por ella y aún si tuviera sacrificarse no lo dudaría con tal de que Jihyo estuviera bien.

¿Quién iba a pensar que su sacrificio debía llegar tan pronto?

Esa misma mañana habiendo despertado más temprano que la mayor se levantó de la cama dejando a Jihyo seguir durmiendo a causa de la falta de sueño ya que una vez despierta le era prácticamente imposible conciliar el sueño de nuevo.

Después de vaciar su vejiga de los líquidos acumulados a lo largo de la noche caminó hacia el espejo del baño para cepillarse los dientes aún sin haber abierto los ojos por completo, una vez terminó se humedeció la cara para después tomar el gel con el que limpiaría su rostro teniendo la obligación de abrir los ojos para ello y mirarse al espejo llevándose un gran susto al mirar su cabeza.

No podía gritar, no debía hacerlo o de lo contrario despertaría a Jihyo.

¿Qué debía hacer? ¿Cómo lo ocultaría?

Con las manos sobre la boca se acercó lentamente unos centímetros más al espejo para ver de cerca aquellas extrañas orejas caninas sobresalir de entre su cabello.

Era extraño, sin duda lo era. No habría manera de ocultárselo a Jihyo, al menos no por mucho tiempo.

Tenía escasos minutos para encontrar una solución a aquel problema, ella era una persona, no podía tener esas orejas. En un intento desesperado por solucionarlo tomó unas tijeras que había en el baño y dando un pesado respiro las colocó alrededor de una de esas extrañas orejas. Podía escuchar su corazón palpitar, obviamente tenía miedo

-Vamos Sana, se fuerte- Se animó a si misma -No, no puedo- Dijo con los ojos llenos de lágrimas

Continuó llorando hasta que se vio interrumpida por unos golpes en la puerta del baño, asustada por aquel repentino sonido tiró las tijeras al piso dando un brinco para después tocarse el pecho sintiendo el fuerte palpitar de su corazón haberse intensificado aún más

— ¡Sana date prisa, quiero hacer pipí! Escuchó a su novia quejarse desde afuera del baño

Sana sin saber que hacer se enjuagó el rostro para quitar todo rastro de las lágrimas que acababa de derramar y colocó el gorrito de su sudadera sobre su cabeza tirando de los cordones de esta ocasionando que solamente se viera una parte de su rostro.

Dio un último respiro y salió del baño siendo levemente empujada por Jihyo quién rápidamente corrió hacia dentro.

Al salir la mayor miró extraña a su novia, Sana era bastante random pero aun así se le hizo extraño mirar la gran mayoría de su cara cubierta por lo cual se acercó a ella con la intención de quitarle el gorrito y apreciar su lindo rostro, cosa que no pudo ya que al intentarlo recibió un manotazo por parte de la contraria.

-¡Hey!- Se quejó -Solo quería ver tu carita completa― Intentó volver a acercarse siendo nuevamente evitada

No entendía que pasaba, Sana era realmente muy dulce y cariñosa, ¿Por qué no quería ser abrazada?

-Cariño ¿Estás bien?- Preguntó la mayor preocupada

-Tenemos que terminar- Respondió Sana dándole la espalda

— ¿Qué? ¿Por qué?

-No estás de acuerdo

-¿De qué hablas mujer? Eres lo mejor que me ha pasado, ¿Por qué me dices estas cosas?

La menor no respondió, solamente se volteó hacia Jihyo para darle la cara

-No te asustes- Pidió comenzando a quitarse el gorrito hasta mostrar sus orejitas sobresaliendo de entre su cabello

Jihyo estaba impresionada, no estaba asustada puesto que era consciente de que Sana seguía siendo una híbrida después de todo, pero le era extraño mirar a su chica con un par de orejas de Shiba Inu, definitivamente la tomó por sorpresa

Duró un par de segundos en shock cosa que Sana no se tomó de la mejor manera por lo que bajó la cabeza soltando un pequeño sollozo el cual sacó a Jihyo de su trance y comenzó a acercarse a la menor para tomarla por las mejillas levantando su cabeza y así poder limpiar sus lágrimas con sus pulgares.

Sana dejó de sollozar al ver a Jihyo frente a ella sintiendo sus cálidas manos en sus mejillas, cerró los ojos solo para disfrutar un poco más de aquella sensación sintiendo los labios de Jihyo acariciar los suyos por lo cual la abrazó por los hombros sumergiéndose en la calidez de las sensaciones que Jihyo le brindaba, se sentía protegida a su lado, ella era su lugar seguro, ¿Cómo había pensado en terminar con ella? Era una total locura

El suave beso acabó y lentamente ambas comenzaron a abrir sus ojos, las orejitas de Sana no paraban de moverse por lo feliz que se sentía lo cual hizo a Jihyo reír levemente

-¿Cómo te atreves a pensar que no me convienes? Sana no vuelvas a ocultarme tus preocupaciones, somos una pareja, no te guardes las cosas para ti sola cuando yo podría ayudarte a buscar una solución

-No quiero ser un animal Jihyo-Confesó llorando-Quiero ser siempre tu pareja pero un perro no puede ofrecerte lo mismo que una persona normal

-Tranquila, buscaremos una solución para esto, ya verás, pero no te guardes las cosas, debes confiar en mí, siempre voy a ayudarte cariño, no lo dudes

-Lo siento- Respondió aferrándose a Jihyo fuertemente liberando más sollozos

—No pasa nada- Tranquilizó acariciando sus caninas orejitas

Tal vez Jihyo no lo demostraba pero ella realmente estaba muy preocupada, si bien ahora la situación no era tan relevante, en el pasado escuchó rumores sobre híbridos con características animales que eran buscados por el gobierno siendo tratados de manera no muy delicada tanto a ellos como a sus dueños, no estaba segura si aquellos rumores eran reales puesto que antes de Sana ni siquiera creía en los híbridos pero ahora que lo estaba viviendo temía que Sana pudiera estar en peligro, no quería que su novia sufriera.

Jeong la había ayudado con Sana y no la interrogó cuando le confesó que era una híbrida, lo cual le pareció extraño ya que ella al ver a Sana por primera vez se desmayó, pero estaba realmente agradecida con Jeongyeon y sabía que ella no le negaría su ayuda, además de que era la única que conocía la condición de Sana.

Sin duda necesitaba a Jeongyeon.

Otra vez.

Shiba Inu// SahyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora