CAPITULO I

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        El aterrizaje forzoso había sido tan duro como instructivo , a pesar de la pericia del piloto .
     < Tal vez si hubiese pilotado yo la lanzadera , habría percibido el peligro y actuado en consecuencia > Se promete a sí mismo , que si llega a tener algún día , el título de Darth , pilotará personalmente las lanzaderas en las que viaje .
         Le da igual que los otros Lores Sith lo consideren una tarea indigna . Ya ha tenido bastante con un aterrizaje forzoso .

        - Ayuda a tú compañero - le ordena Varus al copiloto en tono severo , pues no ha olvidado la cobardía y los gimoteos de este , mientras el piloto , herido en el aterrizaje , ha demostrado valor y determinación .

         Por su parte , Varus está ileso gracias a que anticipando la colisión , uso la Fuerza para crear un colchón amortiguador que absorbió el impacto . Una ventaja de la Fuerza , que la inmensa mayoría de los mortales no pueden crear , ni ver .
         Al salir de la cabina , el panorama le resulta desolador .
El oficial y los suboficiales dan órdenes a gritos , animando a los soldados a salir de la lanzadera a toda prisa . Unos soldados ayudan a sus compañeros heridos en el aterrizaje forzoso .
         < Simplemente genial . No le hemos visto la cara al enemigo y ya tenemos bajas . Menudo desastre >
        El humo negro y las llamas , se van adueñando del interior de la lanzadera , así como los nocivos gases . Por suerte , Varus y los soldados de choque tienen cascos con filtro , que no mitiga el olor a ozono quemado , pero los mantienen a salvo de inhalar los gases y morir intoxicados .
        Se da cuenta , que combatir el incendio que se propaga es , a la vez de peligroso , inútil sin los medios adecuados para sofocar el fuego .
        Cuando Varus se encamina hacia la escotilla abierta , los gritos de socorro de dos soldados le detienen .
        Se gira y entre el humo , divisa a tres soldados más , que están usando sus manos o sus rifles  blaster como palancas , para liberar a sus compañeros atrapados . A pesar de lo vano de sus esfuerzos , no cejan en su propósito .
         Este acto de valor y compañerismo entre soldados ,  sorprende aún más a Varus . Pues desde niño , le han inculcado que pedir ayuda es ,  de débiles . Que uno ha de valerse por si mismo , y en caso de no poder , usar a otros para lograr el objetivo .
        Los débiles deben servir a los fuertes , es la máxima de la filosofía Sith .
       Sin embargo , está viendo a hombres fuertes y valientes arriesgar sus vidas para salvar a sus compañeros más débiles .
        Se acerca deprisa a los tres soldados . Lo siguiente que hace , le sorprende tanto a él , como a los soldados bajo su mando . Pues al encender la espada láser , , la hoja de energía roja se materializa . Con rápidos y precisos cortes , guiados por la Fuerza , rebana los trozos de metal y cables , que mantenían inmovilizados a los dos soldados .

        -  ¡ Saquemoslos de aquí  ! ¡ Deprisa ! - exclama uno de los soldados del improvisado grupo de rescate .

         - Gracias - dice con todo el sentimiento y el agradecimiento que puede , uno de los soldados rescatados a Varus .

          Guarda silencio . Como un autómata , Varus va detrás de los cinco soldados de infantería pesada , mientras atónito se pregunta < ¿ Por qué lo he hecho ? ¿ Qué me ha inducido a actuar de esta forma ? >
       
        - ¡ Corra señor !  ¡ Esto va a explotar ! - le dice el oficial a pie de la rampa , que se ha quedado a comprobar que todos salían .

         Siguiendo el sabio consejo , Varus corre junto a los soldados y pilotos , para alejarse de la lanzadera . No había recorrido más de medio centenar de metros, cuando oye la explosión tras él . Un fuerte viento , provocado por la onda expansiva le tira al suelo .
        Por inercia , y actuando con  rapidez mental , coloca los antebrazos por delante de su cuerpo  y en paralelo , en vez de las manos . Así evita lesionarse las muñecas contra el suelo .
          A pocos centímetros de su cara ve , el manto verdiazulado de la yerba del planeta . Se levanta . Observa como los soldados bajo su mando se incorporan .
        Más allá , a unos tres kilómetros de distancia , ve las lanzaderas de asalto y los transportes de vehículos posados en tierra . De sus panzas , surgen tropas , entre soldados , guerreros Sith y droides letales que caminan sobre tres patas , así  como los altos caminantes de dos patas , y  tanques orugas . Yendo todo ese poder hacia la montaña , bastión defensivo de los jedis y la fuerzá republicana .
         Las explosiones y los finos rayos láser indican que el asalto a las posiciones republicanas , se ha iniciado , nada más llegó la primera oleada de desembarco aerotransportado .

   EL ACÓLITO SITH - escrito por Jesús Quintela Navazo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora