ꨄ︎Lᴏ ǫᴜᴇ sᴀʙᴇᴍᴏsꨄ︎

ꨄ︎2- ¿Aɢʀᴀᴅᴀʙʟᴇ ʙɪᴇɴᴠᴇɴɪᴅᴀ? ꨄ︎

Aquel día me desperté más cansada que nunca, y con razón, me había pasado la noche detrás de esa "secta" o siendo perseguida por ella. Y también con ese misterioso chico que me había repetido tantas veces que no me uniese al resto. Aunque en realidad, a pesar de no saber demasiado sobre 3°A, no me arrepentía de haber salido corriendo con él, no tras ver cómo nos comenzaron a perseguir con tanta facilidad. ¿Que hubiese pasado si nos hubieran cogido? Preferí no saberlo, aunque si me habían reconocido no tardaría en saberlo.

Me preparé torpemente, el sueño podía demasiado conmigo y yo, que de normal era demasiado perezosa, ahora estaba muerta. Además, estaba sola en casa ya que mis padres estaban trabajando, por lo que agradecí no haberme quedado dormida.

Salí de casa rápidamente para no llegar tarde. Al principio, me tiré corriendo al menos de un tercio del camino, estaba tan dormida que había tardado más en prepararme que otros días.

Agotada y tras mirar la hora en mi reloj decidí rebajar un poco el ritmo y permitirme respirar.

Cuando mi respiración se empezó a calmar, pude distinguir unos pasos detrás de mí. Paré un segundo y estos también lo hicieron. Asustada, proseguí con mi carrera, y afinando el oído, me di cuenta de que estos también habían empezado a sonar no solo más fuertes sino más veloces. Sin duda, alguien me seguía.

Mi mente volvió a esa misma mañana y entró en pánico. ¿Acaso eran esos chicos? ¿Los que nos persiguieron a ambos?

En ese momento me di cuenta de que aquel chico ni siquiera me había dicho su nombre pero mi corazón estaba demasiado acelerado como para seguir pensando en eso. Me preocupaba más quien podría estar detrás mío en este momento.

Cada segundo sentía los pasos más cerca de mi, yo me hiba quedando sin fuerzas poco a poco.

Entonces, en una curva, yo, tan torpe como siempre, perdí el equilibrio. La dura acera me recibió de una forma demasiado poco agradable. Aún así intenté levantarme.

Al subir lentamente la mirada me topé con como alguien me tendía la mano. Desde mi perspectiva no podía ver de quién era, pero aún así, casi sin pensar, le cogí la mano y me levanté torpemente.

Mi corazón se aceleró aún más al verle la cara.

–Creo ya se de quién era la bici, –el tono en su voz salió tan natural de su boca que me pareció increíble cómo podía hablarme como si nada después de darme un susto tan grande– estoy seguro de que pronto volverá con su dueño.

Intenté parecer molesta, porque algo sí que lo estaba, pero no pude evitar sonrojarme y sonreír como una idiota.

–¡Me acabas de dar un susto de muerte! –creo que mi risa le quitó convención a mi comentario y definitivamente lo confirme al ver como él estaba aguantando su risa al verme– ¿Que pasa?

–Solo me aseguro de que llegas a tiempo –el chico no dejaba de sonreír y yo tampoco.

–¿Por qué te preocupa eso? –respondí divertida

–Ya sabes, ahora no estás en cualquier lado, no puedes llegar tarde –por un momento me había olvidado de todo lo ocurrido

Mi sonrisa se había borrado de mi cara al oír de nuevo todo. No sabía qué hacer. Ellos me tenían aterrorizada.

–No te preocupes, –me dedicó una dulce sonrisa y yo se la devolví tímidamente- todo saldrá bien.

–Sí –dije aún no demasiado convencida– Supongo que no seré la nueva por siempre –intenté ser positiva

Ambos terminamos de llegar al instituto juntos ya que nos habíamos encontrado.

A pesar de mis nervios no podría haber negado que él me transmitía seguridad. Sentía que me podría quedarme todo el día perdida en sus ojos. Sin embargo intenté evitar esos pensamientos. ¡Aún no sabía ni su nombre!