Le aseguré a mí hija que no avia ningún mounstro en su armario, y la levanté diciéndole qué podía dormir conmigo está noche, creí que era la única manera de escapar de la casa sin que la criatura supiera que la vi.
Le aseguré a mí hija que no avia ningún mounstro en su armario, y la levanté diciéndole qué podía dormir conmigo está noche, creí que era la única manera de escapar de la casa sin que la criatura supiera que la vi.