Cuento 16

334 26 0
                                    

Mi hijo sacó a pasear al perro.
Desde el principio sospeché de sus verdaderas intenciones. Pero no le creí capaz.

Cuando volvió, constaté con temor que había tenido razón.

-¿Por  qué lo hiciste?- Le grité.
-¡Era mi perro! Tenía derecho a disponer de él.

-Pero no tenías que soltarlo. ¿Ahora que vamos a comer?

cuentos para mounstros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora