Terror En La Neblina - [Kookmin]

#2: Jeon JungKook.

Comenzó abrir sus ojos poco a poco, acostumbrándose a la luz de un foco, su vista era borrosa, y cuando logró enfocarla pudo ver un hombre joven mirándolo fijamente, asustado solto un grito, cosa que aquel hombre no le dio importancia.

—Valla, al fin despiertas—Dijo aquel joven mirando directamente el cuerpo de Jimin sobre una cama.

Park recordó todo en ese momento, solo hasta que quedo tendido sobre el piso con la vista oscura. Mas adelante no supo que sucedió. El peli-negro negó chasqueando la lengua haciendo que el estudiante vuelva a la realidad.

—¿No sabes hablar?—Siguio—En...

—S-si—Respondio Jimin asustado, mas por no saber de la situación y no conocer al hombre frente a el.

—En ese caso, dime tu nombre y si tienes familia viva —Hablo quitándose la camisa.

Jimin removió su cabello rubio un poco nervioso, no por algo personal mas bien por no saber nada. Miro algunos tatuajes del peli-negro en varias partes de su cuerpo, desvío la mirada y se volvió a recostar, no sabia de su familia, ¿Y si murió?.

—Soy Park JiMin, y no, no se si mis padres vivan, no se ni que sucede valla —Dijo un poco apresurado y con temor a lo peor.

—¿No lo sabes?.—Jimin negó mirando al techo. —Una invacion de extraterrestres, vienen precisamente de Júpiter, ellos no vinieron para tomar nuestro planeta, han venido por hambre.

—¿Como sabes todo eso? —Lo miro entrecerrando sus ojos, tal vez, solo tal vez estaba sospechando.

El peli-negro estaba por responder, pero su celular sonó, con prisa lo tomo y descolgó la llamada.

—¿Eunha?—Pronuncio el.

—Cariño, no podemos seguir aquí.

—Tranquila, voy por ustedes en este momento, cuidalo.

—Tranquilo, JeongSan esta a salvo.

—Gracias, amor. Tu también cuidate, dile a mi hijo que lo amo y papá ya va por él.

—Te amo, Kookie.

Él se quedo en silencio sin responder esto ultimo. La llamada finalizó. Tomo su chaqueta y se lo coloco antes ya tenia una camisa. Tomo su espada y tres pistolas con el,lo guardo y miro al chico quien lo miraba.

—Debo irme—Dijo él.

—¿Puedo ir contigo? —Pidio Jimin colocándose de pie enseguida.

—Por supuesto, solo no hagas ruido, ni mucho menos grites.

—No lo haré, gracias —No estaba seguro, Jimin no podía controlarse. Pero no quiere quedarse solo.

El hombre saco una arma y estiro su brazo con el arma en la mano hacia Jimin. El rubio miro sin comprender.