𝓤𝓷𝓲𝓬𝓸

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La navidad estaba muy cerca.

Los copos de nieve que no pararon de caer en ningún momento durante esos días sobre su ventana eran prueba suficiente para que se diera cuenta de la gran fecha que se acercaba.

Aunque a el muchacho de cabello Negro no parecía importarle mucho la festividad que se avecinaba.

Quedándose en cama todos los días sin tener intenciones de levantarse, ignorando los mensajes y llamadas que le llegaban desde el aparato electrónico que se encontraba silenciado para que nadie molestara su tranquila paz.

Aunque eso no evito que el sonido de un celular anunciando una nueva llamada la llegará a desconcertar, con pesar se levantó de la desordenada cama buscando por algún lugar el teléfono.

Al encontrarlo miró la pantalla dándose cuenta que no era el suyo, puesto a que debía estar silenciado. Este era el de el castaño, la persona por la que se encontraba en esas circunstancias.

Al tocarlo se dio cuenta que estaba demasiado helado para su gusto, logrando que una corriente de frío recorriera su brazo, pasando por su espina dorsal y dando fin en algún lugar de su organismo.

¿Cuándo fue la última vez que se utilizó el aparato ese?

Oh, cuando falleció su querido novio.

Suspiró antes de contestar y notar la voz molesta de la mujer tras la pantalla.

— Al fin contesta —Pudo escuchar perfectamente algunos murmullos junto a pequeñas risas tras el teléfono —. Cariño, hoy es Noche Buena, sería lindo que vengas a casa para cenar con la familia.

— Mamá —¿Cómo le explicaba a la mayor que no tenía ganas ni de comer? —. Para el próximo año tal vez, estoy algo cansado.

— No hay pero que valga señorito, un amigo de la familia está en camino — Soltó un suspiro para comenzar a contraatacar, NO. QUERÍA. IR.—. A SungHoon no le gustaría que te encerraras, el desearía que salgas y conozcas gente nueva, alguien que te haga feliz y-

— Bien, iré —Suspiró rindiéndose, no quería que mencionarán su preciado nombre en tonterías como esa.

La llamada se cortó tras escuchar como su familia gritaba emocionada, el hijo mayor de los Lee no tenía contacto con otras personas desde hace más de dos meses.

Soltó una maldición en un murmullo antes de entrar al baño y mirar su aspecto.

Un pantalón holgado a cuadros, uno de los suéteres favoritos que siempre usaba su fallecida pareja y un par de pantuflas de conejo. Su cabello enredado, aparentando que minutos antes presenció un huracán, pareciendo una víctima de este.

Al menos estaba presentable.

Bajó las escaleras del primer piso para dirigirse a la puerta principal. Soltando maldiciones por lo bajo debido a la idea de tener que salir de manera obligada, deteniéndose en la puerta frente el mientras rebuscaba las llaves por algún lugar cerca para luego adentrarlas en la cerradura para abrir esta.

¿Por qué esta vez esa salida se veía mucho más grande que las anteriores veces? 

Parecía un obstáculo que no quería dejarla ir a ningún lado.

Tragó duro antes de pasar su mano por la manija de esta y hacerse paso para salir. Viendo como un muchacho totalmente abrigado la esperaba afuera.

— ¡Sungie! —Notó como se acercó a el para dejar un abrazo, afecto que casi le asfixia—. Estás muy delgado, debes alimentarte bien.

— ¿Jay? Hace mucho que no te veo, ¿tu cenarás con nosotros? — Vio como su anterior cuñado asintió emocionado agarrando su brazo para jalarlo hasta el automóvil, olvidando por completo el tema de conversación anterior —. Cuidado que me caigo, bobo.

𝐋ast Chrismast 𖦹 HeehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora