"Cariño, cuando peleamos fuera de la puerta
Es difícil forzar lo que es natural
Tal vez no querías lo que más necesitas
¿Es una locura que no tenga miedo de estar solo?"
Alone — Doja Cat
....
Hace tres días
Minho mantenía la vista fija en la carretera mientras conducía a través de la oscuridad, el estribillo de Raise the roof comenzó a ser cantado por el pelinegro que iba sentado en el asiento del copiloto y que observaba las calles pasar a través de las ventanas.
— Suficiente — espetó Minho, apagando la radio. Seungmin solo observo al mayor. — Hace que me sienta estresado. Perdón— Seungmin solo asintió.— ¡Mierda! Olvidamos los obsequios— espetó Minho, golpeando el tablero de mandos.
— Tranquilo, estoy seguro de que tus padres no tendrán algún problema si les decimos que los dejamos en casa— habló Seungmin.
— ¿Siquiera conoces a mis padres?— bufó Minho. — Tendremos que improvisar y comprar algo en alguna tienda.
— Está bien. — respondió Seungmin, volviendo su vista hacia la ventana de nuevo. Estaba demasiado cansado como para comenzar una discusión con el chico a su lado.
Dirigieron su ruta hacia la joyería más cercana. El tiempo voló al comprar los nuevos obsequios, y más rápido de lo que se imaginaron, sus ojos encontraron la gran mansión que se alzaba imponente a solo unos metros.
Seungmin se sintió intimidado y nervioso ante la idea de ver de nuevo a los padres de Minho, sobre todo a la mamá, pues bien sabía que no era de su agrado.
— Llegamos— Anunció Minho mientras se quitaba el cinturón de seguridad, Seungmin copió la acción y en un abrir y cerrar de ojos, ambos estaban frente a la puerta siendo abierta para permitir su ingreso. Una de las criadas los saludó con una sonrisa e indicó que la siguieran hasta el salón.
La pareja arregló un poco su ropa y fueron tras los pasos de la chica tomados de la mano. Las risas y conversaciones eran más claras a medida que se acercaban, Seungmin dio un apretón a Minho para animarle y hacerle saber que todo iba a estar bien.
Al doblar el pasillo, la pareja tuvo una vista de las personas que ya estaban en el lugar.
En el sillón de la derecha estaban sentados el señor y la señora Lee. La dama estaba ataviada con joyas de todo tipo, tan brillantes y pulcras que podrían dejar ciego a uno; su vestido de cóctel que era de un tono ciruela, se ceñía perfectamente a su cuerpo.
A pesar de que ya era bastante mayor, YoonA se conservaba en buena forma, lo cual le ayudaba a aparentar menos años de lo que en verdad tenía. Por otra parte, Lee DongHae estaba vestido con un traje negro y de moño. La cabellera negra apenas y presentaba una que otra cana.
En el sillón de la izquierda estaba sentado Mark Lee, el hermano mayor de Minho, junto a su querido esposo, Jisung Park. Ambos irradian felicidad y amor, haciendo a los padres de Minho hincharse de orgullo.
— Niños, hola. — Vociferó el señor Lee, levantándose para abrazar a Minho y después saludar a Seungmin.
—Señor Lee— dijo Seungmin. — señora Lee — YoonA no se levantó, solo asintió con la cabeza y examinó el conjunto de Seungmin.
— ¡Hermano!
Los ojos de Mark se iluminaron al ver a Minho, rápidamente se acercó para estrecharle entre sus brazos.
