Capitulo 2

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No hay nada peor que un lunes a la mañana en la escuela.

Ahora imagínense estar dentro de la piel de Vell, que había fallado en conseguir lo que quería por primera vez en mucho tiempo. No solo eso, sino que también había fallado en frente de un insolente y despreocupado muchacho, que ahora no quitaba los ojos de su teléfono celular, tocando botones hasta que ganaba. O perdía. No importaba. A Vell le hubiera gustado más que estuviera con el resto de los hombres en el salón, completamente rendidos a sus pies, sicronizando su respiración con la de ella.

—¿Estas bien, princesa? —preguntó Jake, inclinado sobre el pupitre donde estaba sentada Vell, que solo respondió girando los ojos.

—¿Necesitas de algo? Estoy a tu disposición —exclamó otro chico, agachándose para estar a su altura. Otros se sumaron también a ofrecer su asistencia, hasta que ella levantó una mano.

—Un descanso. Ahora cállense.

Si bien disfrutaba de la innecesaria compañía de sus presas completamente embobadas, no había manera de hacerla sentir mejor. Pero si había una forma de hacerla sentir peor.

De repente, Vell pudo sentir como su pierna comenzaba a saltar por si sola, y aunque intentaba disimularlo cruzándose de brazos, también temblaban sus manos manicuradas. Y la razón por su repentino malestar cruzaba la puerta con una expresión de haber dormido mucho menos que ocho horas y un distintivo gorro de lana azul.

Alya Awaise.

Era la primera vez que la miraba en detalle, y era una experiencia realmente traumática. Ahora que lo pensaba, podía recordar algunos síntomas de estar cerca de ella. De estar cerca de una fuente de magia contraria a la suya, eso sería. Su ego creciente quizá no la había dejado ver más allá de ella misma, pensó. ¿Pero cómo no pudo considerar la existencia de lo que puede ser su perdición?

A Vell se le retorcía el estómago, y su corazón comenzaba a doler. Sin embargo, Alya caminaba ligera, como si nada estuviera sucediendo.

—Buen día, ¿jugando desde temprano? —murmuró Alya, mientras dejaba su mochila en el piso y se sentaba al lado de su mejor amigo—. ¿Cuánto vas?

—Quince a cuatro, me estoy cayendo a pedazos.

Entre risas, Alya comenzó a estirarse exageradamente en el lugar, hacia los costados, hacia adelante y hacia atrás, inclinando su silla peligrosamente en sus dos patas traseras. En ese momento, Vell pudo hacer contacto visual... al revés.

Sus ojos azulados como la profundidad del océano eran incluso más atrapantes que al verlos en su espejo. Vell podía sentir una fresca brisa pasar por su cara, como cuando descubres algo que no debías saber. Era ridículo pensar que su respiración se frenaba por alguien tan común como Alya Awaise, pero Vell podía ver a otra persona dentro de esos ojos.

Después de tanto tiempo, la pudo ver a ella.

Fueron unos segundos largos en los cuales Alya quedó completamente equilibrada en su lugar, pero un diminuto movimiento hizo que la silla se fuera para atrás y cayera al piso, borrando todos sus pensamientos. Ezeq saltó sorprendido por el ruido del impacto, y no poco después comenzó a decostillarse de la risa. Vell disimuló un jadeo de preocupación con una toz de garganta seca, que desencadenó una ofrenda masiva de vasos de agua de parte de todos sus enamorados.

De repente, el profesor de Historia realizó una severa y dramática entrada, haciendo el suficiente ruido para que todos los alumnos se pongan de pie de inmediato. Vell estaba tan ocupada en su mente que no se había dado cuenta de que todos los del curso ya habían llegado, por lo que se dió cuenta más rápido del evidente hueco al lado de Ezeq entre todas las personas.

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⏰ Última actualización: Dec 13, 2021 ⏰

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