Aquí estoy entre el amor y el olvido. Entre recuerdos y el frío. Entre el silencio y tú voz.
El pelinegro entró al departamento, con pasos lentos fue hasta la sala mirando todas sus cosas ahí.
— No sabes lo feliz que estoy de que ahora vivamos juntos —Le dijo mientras sus brazos rodearon su cintura.
— A mi también me hace mucha ilusión —Respondió con una sonrisa.
— ¿No te importa lo que digan? —
— Claro que no, amor...lo único que me importa es tenerte conmigo —
— Me encantas tanto —Beso sus labios.
Una sonrisa apareció en su rostro, a la par de que un par de lágrimas recorrieron sus mejillas.
— Ya llegue amor —Murmuro con el nudo en su garganta — por favor sal...deja está maldita broma —Cayo de rodillas, sollozando. — p-por favor...—.