Taeyong loves his boys | NCT

ch 16: pack omega

Taeil interviene cuando un compañero de manada estresado se le confiesa.

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No era sorpresa el que Taeyong adora a Ten. De hecho, los miembros pequeños de la manada y del grupo han comenzado a armarse con ello. Cada vez que se sentía estresado o ansioso, alguien de la manada traería de inmediato a Ten. Y Ten en serio amaba ser capaz de cuidar de él. Estaba llegando a un punto donde los miembros se sobrepasaron con eso. Ten no podía seguir con la responsabilidad de ser el único capaz de apoyar al líder de la manada. 

Se encuentra entonces en el cuarto de Johnny y Taeil cuando los dos estaban abrazados viendo algo en su celular. Verlos tan cómodos con el otro hacían calentar su corazón, pero también gatillaba sus compuertas y está llorando antes de que pudieran saludarlo.

En cualquier otro momento se reiría un poquito por la sorpresa en sus hyungs y sentándose de pronto, pero todo lo que quería en ese momento era ser cuidado.

"Bebé," le dice Taeil con dulzura, "Corazón, ven aquí."

Johnny le hace gestos, mirándose consternado por la repentina bomba de lágrimas. No puede mantener a ralla sus emociones, y eventualmente los acepta mientras se acurruca en el regazo de Taeil y pide sus cálidos abrazos. Sus hyungs le dejan llorar, y ellos lo adoran y le susurran palabras bonitas en el proceso. Nunca le hacen sentir mal por sus emociones, y en cambio, lo abrazan más fuerte a sus cuerpos. Taeil libera feromonas tranquilizantes y hace lo mejor que puede para confortarlo. 

Se calma, finalmente. Sus ojos duelen, y sabe que debe de estar hecho un desastre, pero eso no detiene a Johnny de limpiar con gentileza su cara con una toalla húmeda y callándole suave cuando le agradece. 

"Dale un descanso a tu garganta, bebé. Estuviste llorando todo este tiempo, necesita relajarse," le aconseja Johnny suavemente, sus manos acunando sus mejillas mientras deja besos ligeros como las plumas por toda su frente. 

Lo sostienen ahí y lo dejan relajarse por un rato antes de que Taeil considerada aceptable el momento para hablar.

"Bien, bebé. ¿Listo para hablar? Está bien si no. Nos podemos quedar aquí y acurrucarnos todo el tiempo que necesites," le asegura Taeil. 

"Puedo hablar," dice, sobresaltado por cómo sonaba su voz. Su garganta está absolutamente cerrada después de todo el lloriqueo que tuvo. 

"Tómate tu tiempo, corazón," le dice amablemente Johnny. 

"Amo a los maknaes. Los adoro. Haría lo que fuera por ellos," prologa con cuidado, "pero no puedo ser el único cuidando de Taeyong cuando tiene momentos complicados. Los niños me piden ayuda en vez de tratar de enlazarse con él y ver cómo ayudarlo. Y por supuesto que si digo que no, van a pensar que algo anda mal. Y amo muchísimo a Taeyongie, no quiero que piense que es una carga." Las lágrimas entonces se forman de nuevo por el estrés. 

"Oh, dulzura. De haber sabido que pasaba esto, hubiésemos intervenido de inmediato. Esto no está bien en lo absoluto, y no puedes ser encargado con una responsabilidad tan emocionalmente consumidora. Es irresponsable, y los cachorros quizás no se han dado cuenta, pero es terriblemente de holgazanes." Taeil habla con calma, pero la manera en la que valida sus sentimientos le hace sentir mucho más emocional. 

"Lamento tanto que hayas tenido que lidiar con esto solo, cachorrito," le dice sombríamente Johnny, "debiste estar tan cansado y conflictivo, ¿hm?"

Asiente, el tono gentil de Johnny forzando que más lágrimas salieran de sus ojos. 

"Estoy tan orgulloso de ti por haber venido a nosotros," le dice Johnny, "porque ahora podemos ayudarte a resolver esto y cuidar de ti. Estás con una desesperante necesidad de ser mimado, pequeñín."