Cómo ser una 'Dama' || Hijas Dimitrescu x Lectora

Cap 1

DISCLAIMER: Esta es una TRADUCCIÓN. La obra original le pertenece a bee-nut en AO3.

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Estabas parada frente a las damas del castillo Dimitrescu, vestida con tu mejor y más sensato atuendo que irradia gracia. La rubia, con los brazos cruzados sobre el pecho y mirando hacia otro lado, es Bela. La morena, apoyada contra la pared y examinándose las uñas, es Cassandra. Y la pelirroja, que vibra incluso mientras intenta quedarse quieta, es Daniela. Las tres llevan un vestido cubierto con una capa, la capucha cubre la mayor parte de su cabello. Manchas negras están alrededor de sus bocas y notas algunas en su ropa. Realmente esperas que sea maquillaje y no sangre. ¿Por qué iban a tener sangre allí? ¿Comieron descuidadamente una sopa de sangre? Después de todo, es Rumania, y la comida y la cultura son diferentes. No es la primera vez que ibas más allá de las fronteras a otros países para moldear a señoritas de linaje noble o común en señoritas aptas para ser reinas.

Nunca antes habías ido tan lejos ni a un pueblo tan pequeño y oscuro. Pero te ofrecieron una gran suma de dinero en efectivo para ayudar a estas damas.

Corrección, no damas. Aún no. Todavía eran inmaduras.

Todas excepto Alcina por supuesto. La matriarca medía dos metros y medio, con un elegante vestido blanco y un sombrero negro. Tenía aplomo y elegancia, emanaba un aura de respeto y miedo. No quieres decepcionarla, pero estás empezando a darte cuenta de que podrías estar un poco fuera de tu alcance para este trabajo.

—Lady Dimitrescu —inclinas la cabeza hacia ella y ella te mira complacida.

—Ven chicas —se volvió hacia sus tres hijas—. Así es como saludamos a alguien. No chocando contra ellos.

Daniela se encogió ante la ira de su madre y agachó la cabeza. —Lo siento madre. Estaba tan ansiosa por conocer a alguien nuevo.

—Me disculpo por eso, una vez más —te dijo Lady Dimitrescu, dejando escapar una columna de humo, antes de bajar la boquilla del cigarrillo. Es elegante como ella. Te sorprende que no se entregue a otros vicios si tiene que aguantar a tres hijas casi salvajes.

—Está bien —replicaste, aunque tu trasero todavía duele de donde chocó con el piso de mármol, y tu abdomen, donde Daniela había chocado, se siente como si estuviera magullado. Apenas habías cruzado las puertas, y el largo viaje hasta aquí debe haber sido la razón por la que estuviste demasiado cansada y lenta para detener el asalto de Daniela. Se había movido tan rápido que casi no parecía natural.

—Ahora ve por qué necesito su experiencia —dijo Lady Dimitrescu.

—No veo por qué tengo que hacer esto —dijo Bela, con un toque de quejido en su voz.

Cassandra soltó una salvaje carcajada. —Seguro. Actúa como señorita perfecta, pero tú fuiste quien se comió a la criada.

¿Comió... a la criada? ¿Qué? Parpadeaste, sin entender. Quizás sea un error de traducción. Están hablando tu idioma para tu beneficio, pero puedes darte cuenta de que no se usa todos los días. Las palabras se sienten torpes en sus lenguas. El habla de Alcina es más nítido y claro.

Bela bufó, aunque sus mejillas se sonrojaron levemente por la vergüenza de que se hablara de esto. —Dani ha pasado por más criadas que yo y no se mete en ningún problema.

Daniela dejó escapar un gemido triste, su emocionada vibración cesó. —Sabes que lo estoy intentando.

—Ella es todavía joven e ingenua —Cassandra salió en defensa de su hermana menor—. No puede evitarlo la mayor parte del tiempo. —Ante esto, se volvió hacia ti, dándole una mirada a tu cuerpo. Su lengua rosada salió para deslizarse por sus labios. —Además, no me importa tenerla a ella por aquí.