II

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- Aún no entré y ya estoy arrepintiéndome de haber querido regresar. - bufaba Liv a la entrada del instituto.

Eran casi las siete y media de la mañana, y la ansiedad había logrado que cayera dormida a las cuatro. Claro que, estos factores, no darían un buen resultado en un primer día de clases.

- Vamos, ¿qué tan malo puede ser? - Alexa se mantenía optimista: claro, eso no tenía nada que ver con que se reencontraría con el chico que le gustaba. Para nada...

Sin embargo, Jade cortó todo el positivismo.

- Muy malo. Tan malo como que estarás encerrada durante ocho horas con más de treinta personas a las cuales ni siquiera les hablas. La mitad de los profesores son nuevos, tendremos química... Dios, sin haberla tenido ya sé lo horrible que será. También dicen que la profesora de historia es algo... Complicada. - Olivia volvió a plantearse lo dificultoso que sería este nuevo curso.

- "El tercer año es el más difícil" dicen todos. "Es el primero en el que tu hermana reprobó materias". Ya estoy oyendo a mi madre hablar, quiero hacerle tragar sus palabras. -

- Yo ya me estoy imaginando cómo será cursar en diciembre. ¿No suena fantástico? - el tinte de ironía era notorio en las palabras de Alex.

- Te ayudaré para que eso no ocurra, ¿te parece bien? - Liv siempre estaba al pendiente de su amiga. De su mejor amiga.
Después de unos cuántos sucesos que tuvieron que atravesar, cosas de las que se arrepienten, continuaron con su amistad. Aunque claro, la peor tormenta se acercaba para ellas.

- Supongo que es la hora... - dijo Jade, mirando de reojo a la puerta del instituto. Podían ver entrando a sus... Compañeros. Aún no se hacían a la idea.

- ¡Oh! No puede ser, ¿ese es Luke? - soltó Alexa un poco (bastante) emocionada. El chico iba tan distraído que ni siquiera notó que el trío lo estaba observando. - Vaya... - suspiró.

- Tú y los chicos.. Estás tan distraída como para no venir a cursar en diciembre, Lex. - la codeó Lyla, en parte con ironía... Y en parte seriamente.

Las tres chicas entraron y se encontraron con todos sus amigos un par de pasos más allá de la entrada al patio principal. El director del instituto estaba a punto de comenzar el discurso de todos los años.

- Por favor, ubiquense en sus lugares. - el grupo se separó, y cuando los "informáticos" (como se auto-nombrarían más adelante) fueron hacia la fila que les tocaba, Olivia fue empujada por Alex (que a su vez había sido empujada por Max) y chocó con Bruno, alguien con quien no había cruzado palabras en su vida, pero conoce desde que tiene siete años.

- Lo siento. - pronunció Liv, mostrando aquella frialdad que la caracterizaba.

- No te preocupes, no hay problema. - Bruno le regaló su mejor sonrisa, pero no se presentó como en todas aquellas películas románticas que Lux le había hecho ver a la castaña; tenía bien en claro que se conocían. Además, eran compañeros en su clase de inglés (la única clase en la que se cruzaban los últimos ocho años).

Olivia lo pasó por alto y siguió hablando con sus amigos. Casualmente, el mejor amigo de Bruno entró en aquel preciso momento.

Un chico que no llamaba la atención, no sobresalía con sus notas ni con sus actitudes; Levi era, literalmente, todo lo contrario a su amigo. El "aura" de Levi (como solía decir Olivia) dejaba entrever un destello de su tranquila personalidad, de manera en que los que lo rodeaban pero no lo conocían pensarían que era un chico que no salía de sus libros, un "chico diez", pero un típico nerd de película, que luego comprendería no era para nada así... Digamos que era aún más interesante.

Ni siquiera si hubiera querido, Liv hubiera sido capaz de entender qué hablaron ambos amigos.

Cuando el director comenzó a hablar, Bruno le cedió su lugar a Levi, por lo que terminó al lado de la castaña, quien estaba completamente ajena a la charla que mantenían sus amigos.

Ella logró percatarse de una mirada de reojo que él le lanzó. Una, dos, tres durante todo el discurso de inicio de curso. Le pareció extraño, pero no le dijo nada; si él no le hablaba, ella tampoco.

El discurso finalizó y el celular de Ainsworth vibró una, dos y tres veces. Olivia lo deslizó por debajo de la manga del buzo escolar, donde acostumbraba a llevarlo (por lo que solía ser bastante criticada por sus amigos), sin esperar lo que leería en la pantalla.

Ryan.

Nerviosa, miró hacia los lados, buscando a sus amigos, pero estaban muy ensimismados en una divertida charla a la cual Liv era ajena. Como ellos no se percataron de la desesperada mirada de la castaña, decidió apagarlo por completo y no volver a tomarlo hasta volver a casa.

La madre de Olivia siempre decía que "la curiosidad mató al gato", y en aquel momento ella era el gato, que estaba muriendo por saber lo que decía en los mensajes. Se arrepintió de la decisión inicial, así que volvió a encender el dispositivo.

Unos segundos fueron todo lo que hizo falta para que la notificación reapareciera sobre la foto de Rock (su perro) que Liv tenía como fondo de pantalla.

Ryan.

Quería acercarme hoy

Pero no me viste

No quería quedar como un tonto así que no fui a hablarte.

Eres una mierda, Ryan. ¿Por qué cada vez que estoy por olvidarte apareces una vez más? Estoy medianamente feliz, dispuesta a destrozar cada rastro que hayas dejado y vuelves, ¿no te cansas? Rompí tu corazón, o eso dijiste, ¿no temes que vuelva a pasar? ¿Que no funcione? ¿Que termines odiándome de por vida y guardando rencor a tu primer novia por ser una triste chica inmadura?

Olivia quería decirle todo lo que se le cruzaba por la mente, pero incluso antes de abrir los mensajes apagó una vez más la pantalla.

Escaneó el lugar observando rincón por rincón, por si se encontraba con aquel chico que tanto le gustaba, y allí lo vió. Entre sus amigos, riendo, de repente cruzaron una rápida y tímida mirada, la cual cortaron velozmente para no pensar a qué se debía, si seguían pensando el uno en el otro o si estaban listos para ser amigos: ambos estaban convencidos de que no lo estaban, pero ninguno sería capaz de admitirlo, y era algo de temer sabiendo que quizás existiría una última oportunidad que querrían aprovechar pero por orgullo jamás tomarían.

En medio de aquellos pensamientos, sintió que tocaban su brazo. Salió del trance bajo la mirada de Levi, quien sin decir mucho le dió una mirada inquisitiva y simplemente se disculpó rápidamente, diciéndole que había sido sin querer y soltando una pseudo-sonrisa, que sin darse cuenta había quedado grabada en la cabeza de Olivia.

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⏰ Última actualización: Jun 24, 2023 ⏰

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