|𝘼𝙦𝙪𝙚𝙡 𝙃𝙤𝙢𝙗𝙧𝙚 𝘽𝙖𝙟𝙤 𝙇𝙖 𝙇𝙡𝙪𝙫𝙞𝙖|☔

•

La joven no vió futuro en seguir evitando cruzar miradas con el zar.

No pudo ir contra corriente así que cedió, Miró al hombre de ojos castaños los cuales le miraron con suma fascinación.

La chica no sólo era hermosa, ese cabello Rubio era notable muy notable al ser del mismo color que el mismo oro, aquello ojos aperlados de un azul tan oscuro como un mar de noche con una tormenta azotandolo.

Tan profundos y voraces que le daba una mirada no sólo firme, también una bella combinación con su rostro serio. Le daba más contraste a su belleza.

—Vaya, usted es bastante hermosa señorita — dijo al fin el zar mientras daban vueltas suavemente — pero debe estar cansada de escuchar tantas veces la misma palabrería aburrida.

—De hecho, lo estoy. — respondió la mujer mirándole a los ojos, el café claro de los ojos del zar le gustaba. Era como ver pequeños trozos de chocolate.

—Oh vaya, me lo imaginaba — sujetó la cintura ajena para así inclinar a la menor un poco formando un arco con su espalda.

El baile pasó de ser lento a uno más movido, eso comenzó a agradar a la vista de los presentes.

—Aquellos hombres de seguro la agobian, me disculpo por eso — sonrio de lado ayudando a la mujer a regresar a la posición inicial.

—Sí, los detesto mucho — respondió mientras trataba de seguirle el ritmo al más alto, comenzaba a danzar al unísono. El ritmo de la música semejaba a una melodía española, bastante movida.

Los músicos al ver a la pareja central decidieron elevar el nivel, hacerlo más entretenido.

—¿Por qué los soporta? — preguntó el mayor levantando su mano para que la menor pasase bajo el brazo dando una vuelta.

—Por mi padre — la muher ésta vez se apegó al hombre, el baile y la conversación hacía que ella no pensara bien sus actos.

—Eso no debería ser así.

—Que pena, pero así funciona el mundo señor Zar.

—No debería hacer eso si no le agrada, debería buscar alguna persona a quien amar.

—Oh señor, me hace reír.

—No bromeo,, es una total belleza. Debe tener a miles a sus pies.

—Uhm.. No me atrae nadie.

—Que mal...

Es un desperdicio.

La mujer volvió a ser inclinada, así acabando el baile.

Ambos quedaron a pequeños pequeñisimos centímetros y fueron envueltos en aplausos.

Las parejas que comenzaron a bailar con ellos se habían Unido al público para admirar la química de la pareja estelar, el mayor ayudó a la joven y agradeció el baile con una reverencia.

—Oh señorita, si necesite un amigo quiero que sepa que estoy aquí — sonrió besando su mano, el rostro serio de la mujer se tiñió de rojo.

Sus mejillas estaban coloradas, sus palabras fueron amables y lindas.

—Gracias, señor..

—Nicolás, por favor llámame así

—N-nicolás..

Sonrió hacia él, provocando que él mayor sonriese también.