«La muerte no puede acabar con el amor verdadero. sólo lo retrasa un poco.»
Soobin está muy confundido sobre su vida, no se siente como si fuera suya, aún si su madre se lo confirme. Pero todo cambia cuando conoce a Yeonjun... el chico de lentes eno...
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PÍDELE QUE VUELVA
YEONBIN
La campanilla sonó justo cuando entré a la tienda, ahí parado en medio de la puerta lograba sentirme ansioso, mi cuerpo reaccionaba, pero mi mente no.
-¡Soobin! -Dijo un chico acercándose a mí -, me alegro en verte de nuevo por aquí, creí que nunca volverías. -Su uniforme me indicaba ser el encargado de la librería de la ciudad, tenía una sonrisa en su rostro, y sus ojos me decían que era sincero. Traté de recordarlo, pero ni siquiera podía recordar que he estado antes en esta librería.
-Disculpe... pero no lo recuerdo. -Confesé con timidez. Me frustraba demasiado cuando esas cosas me pasaban, el no poder recordar.
Mi nombre es Soobin, Choi Soobin, y tengo 19 años. De eso es de lo único que puedo estar completamente seguro de mi vida. Perdí la memoria hace 7 meses, cuando desperté después de haber estado en coma por unos largos 152, 083 días. Por lo que me ha contado mi familia, yo venía de regreso de una fiesta, estando bajo el abuso del alcohol no fue buena idea conducir, y eso provocó que me estampara contra otro coche. Me golpeé la cabeza demasiado fuerte, obteniendo una fractura de cráneo, durmiéndome durante meses; cuando por fin desperté, todos mis recuerdos se esfumaron, teniendo solamente empezar desde cero.
Ahora he tratado de regresar a "mi vida" de antes. Mis amigos me han ayudado a recordar cosas, aún si no me siento cómodo con su presencia. Mi novia me parece molesta, mis amigos me desagradan la mayoría de veces, no me parece divertido salir con ellos a un club nocturno; se siente aveces como si me estuvieran tratando de dar una vida que no fue la mía.
Había decidido ir a esa librería a escondidas de mi familia. Hace unos días la vi al pasar y sentía como me llamaba, tenía unas inmensas ganas de entrar; claro que cuando se lo comenté a mi madre no fue la reacción que esperaba. Me dijo que los libros eran basura, que yo detestaba los libros y todo lo relacionado con ello; me prohibió ir a ese lugar, lo cual me pareció bastante exagerado.
-Soy Sunghoon, Park Sunghoon- aún conservaba su sonrisa enorme, hablaba tan serio, como si creyera que yo estaba bromeando -. Sunghoon... cajero... aquí ¿no? -Negué con la cabeza con aires de disculpa, era un poco incómodo, y con una expresión preocupada me miró -. Mierda, entonces es cierto lo que me dijeron... ¿no recuerdas nada?
-No..., sinceramente no puedo recordar haber estado aquí antes. -Confesé dejando el libro que había tomado con anterioridad, para poder prestarle más atención a sus palabras.
-¿Nada de nada? ¿Ni siquiera... unos enormes lentes y una libreta de cuero café? -Elevé las cejas ante su pregunta bastante extraña, algo muy específico para una mente inservible.
