Entre las mantas de invierno algo se removía repentinamente. Una pequeña luz se hizo presente cuando la mano que salía de entre las sábanas agarró cierto dispositivo que alumbró un poco la habitación mostrando en la pantalla la hora que era.
Quedaban unos minutos para que la alarma del móvil empezase a sonar por lo que se apagó y se retiró las sábanas sentándose en la cama aún con algo se pesadez.
Te tallas el ojo aún agotada. Te dolía la cabeza. Todo porque te costipaste en el peor momento posible, igual no podía faltar al trabajo y te levantaste para prender la luz de la habitación y buscar algo que ponerte.
No habías tardado mucho en alistarte e ir a desayunar.
Cogiste las llaves de casa una vez estabas lista para partir y antes de salir viste tu reflejo en el espejo.
— ... Me voy — susurras a la nada.
Iba a ser un día frío.
En una casa de Ikebukuro un joven de heterocromía completa se encontraba poniendo el desayuno a sus hermanos que discutían entre ellos.
Parecía un buen día. Puede que tuviese trabajo por hacer, pero no era algo complicado y se encargaría mientras los otros se encontrasen en la escuela.
— Ichi-nii, ¿hoy tenías algún encargo?
— Sí, pero no hace falta ayudéis, puedo hacerlo solo.
— Entiendo digas eso por Jiro, pero estás seguro no me necesitas.
— Oye, cómo que por mí. En todo caso es por ti que Nii-chan no deja ayudemos.
— Ha, de quién fue la culpa que tuviésemos dificultades la última vez.
— ¡No fue mi culpa! ¡Nii-chan también lo dijo!
— Pobrecillo no sabe que Ichi-nii dijo eso para no herirle.
— C..claro que no es por eso — duda.
— ¿Ves? Si tú mismo dudas es porque es cierto.
— No lo es...
— Saburo, detente, no seas así con él. Y ya dije no fue culpa de nadie. De todas formas todo acabó bien que es lo importante.
— ¡Sí, nii-chan!
— Ahora comed, no quiero lleguéis tarde a clases.
— Sí Ichi-nii lo dice...
Al igual que los otros empezó a desayunar.
El día iba tranquilo, se despidió de los menores y aprovechó para limpiar la casa.
Mientras lavaba unos platos tuvo un sentimiento extraño. Algo no estaba correcto, pero no sabía qué era.
— ¡!