Soy Libre

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Lauren POV

Después de casi media hora por fin entré en mi calle, había pasado el día con mi hermana Taylor y estaba agotada. No había llevado el coche y no quería molestar a mis padres así que había decidido dar un paseo hasta casa. Mi hogar no era una mansión impresionante, pero era mío y eso era lo importante, además estaba cerca de la playa y esa había sido la razón por la que la había comprado. Finalmente me acerqué a mi casa y me encontré con una figura sentada en el suelo junto a mi puerta, mi primera reacción fue miedo, ya había anochecido y había una persona esperándome. Rápidamente me di cuenta de que era una mujer, no podía ver su cara, pero algo en ella, en la oscuridad de la noche, me resultó familiar. Contra mi mejor juicio, di un paso adelante y aquella figura levantó la cabeza y yo me quedé congelada con mis llaves aún en la mano. Camila.

Tras lo que pareció ser una eternidad logré separar los ojos de Camila y di otro paso adelante "¿Qué haces aquí?" La pregunta había sonado acusatoria y envenenada, con desprecio. Pero que podía esperar Camila después de cinco años, ¿Que narices hacía sentada en mi porche?. Acercándome un poco más a mi puerta pude ver mejor su cara, sus ojos estaban hinchados, y había un enorme moratón en su frente y debajo un corte bastante profundo, al ver esto mi actitud cambió totalmente y antes de poder darme cuenta de lo que estaba pasando estaba de rodillas en el suelo agarrando a Camila por los antebrazos "Camila, ¿Qué ha pasado?" La joven no me contestaba, pero apestaba a alcohol, solo me miraba a los ojos y yo sentí como me temblaban un poco las piernas.

"¿Estás bien?" De nuevo no obtuve respuesta y cerré los ojos frustrada, me puse de pie y abrí la cerradura, después me giré hacia ella y tiré de sus brazos obligándola a levantarse, no protestó y dejó que la metiera dentro de mi casa. Una vez allí cerré la puerta con llave, Camila se había quedado allí plantada, no se movía y yo me estaba preocupando. La guie hasta el sofá y levanté su frente para observar sus heridas, el corte no sangraba, pero había un rastro de sangre seca que recorría el lado izquierdo de su cara. Me separé de ella y me dirigí al baño en busca de algo para limpiar la herida. Cuando regresé al salón la joven de ojos marrones estaba exactamente en la misma posición que la había dejado. Decidí ignorar las preguntas que abordaron mi mente ya que sabía que no iba a obtener respuesta y le limpié el corte de la cara con cuidado, cuando terminé Camila seguía inmóvil mirándome directamente a los ojos. Volví al baño a guardar los productos que había utilizado y suspiré mirándome al espejo ¿Por qué está Camila en mi casa? Me pregunté antes de regresar al salón. La observé unos instantes, su sudadera tenía una mancha de sangre en el hombro izquierdo así, que salí en busca de algo para que se cambiase de ropa. Volví y Camila no se habia movido ni un centímetro, me pregunte si estaría parpadeando, no estaba segura.

"Camila" Dije "Necesito que me digas si estas bien" Nada, no reaccionaba.

Suspiré y me acerqué a ella con la sudadera que había tomado de mi armario "Toma, ponte esto"

Camila miró la sudadera y no hizo ni siquiera un intento de cogerla, suspiré de nuevo y me arrodillé frente a ella en el sofá "Voy a cambiarte la sudadera ¿vale?" Dije mirándola a los ojos y de repente pude ver como asentía levemente, bueno, algo es algo, pensé y comencé a tirar de la sudadera. Para mi sorpresa Camila no llevaba una camiseta debajo, pero por suerte si tenía un sujetador deportivo, pero eso no fue lo que llamó mi atención, cuando por fin saqué la sudadera pude ver moratones por todo su torso, algunos eran amarillos, otros morados. Levanté la vista de nuevo a sus ojos "¿Qué te ha pasado?" De nuevo no obtuve respuesta y tras unos segundos le coloqué la sudadera por la cabeza y para mi sorpresa ella me ayudo metiendo los brazos en las mangas, pude ver como se relajaba y cerraba los ojos aspirando el aroma de mi sudadera.

Estaba completamente perdida, ¿Qué se supone que tengo que hacer? Camila Cabello, después de cinco años sin hablar, aparece en mi puerta llena de golpes, y no contesta a mis preguntas. Suspiré y me senté a su lado en el sofá "Voy a llevarte al hospital" Dije finalmente tras varios minutos de reflexión, ella se giró hacia mí con los ojos muy abiertos, negando con la cabeza.

Soy Libre (Camren oneshot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora