8 - "Suga no es la segunda opción"

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Yoongi estaba sentado del otro lado de la mesa. Tenía una posición relajada con sus ojos posados firmemente en mí. Inclinó su cuerpo hacia adelante para alcanzar su vaso de agua y darle un sorbo.

Estoy pensando, seriamente, que no debí recurrir a él para zafar de Hobi, pero Suga se había ofrecido.

- ¿Para qué querías que salgamos a tomar algo? No me gusta salir mucho – deslizó con un semblante completamente diferente al de la tarde.

- ¿Estás cansado? – encogió los hombros – En la tarde estabas más enérgico, al menos conmigo – arqueé las comisuras de los labios hacia abajo dubitativa.

-Fue antes de que me diera cuenta de que me mentiste – levanté una de las cejas, ¿mentirle? El único momento en el que le mentí fue cuando peguntó por Hoseok. Sonrió para dejar sus encías al descubierto - ¿Crees que no me di cuenta de que hay algo entre ustedes? Fue el primero en salir del baño y tenía olor a perfume de mujer. Más obvia, imposible.

Maldito Yoongi, no tenía que darse cuenta y resultó ser más detallista de lo esperado. Respiré profundamente, no iba a decirle que habíamos cruzado todos los límites, menos que menos lo del juego. Simplemente lo justo y necesario.

- Nos besamos, nada más – asintió con la cabeza, pero no parecía convencido – Sin embargo, no quiero seguir.

- ¿Por qué? – entrelazó los brazos encima de su panza - ¿Te empezó a gustar y no quieres continuar? ¿Te enamoraste de sus besos?

Debo admitir que me volví adicta a los labios de Hoseok. Por la noche soñaba con volver a besarlo. No obstante, estaba en la obligación de ponerle un freno a esta bola antes de que explote en mi cara.

-No es eso – apresuré a responder y respiré profundamente para no perder la cordura – Es que... - relamí los labios.

-No hagas eso – espetó serio – No lo vuelvas a hacer, mi cabeza vuela para cualquier lado cuando lo haces – admitió y mis mejillas enrojecieron – No puedo parar de verte. Tienes algo que me vuelve loco.

-Es bueno saberlo – contesté con soberbia - ¿Podemos volver a la charla? – asintió – Necesito tu ayuda – sonrió con picardía, pero no era como la de Hoseok. Tenía una sonrisa más reservada a comparación de su amigo. Más allá de eso, iluminaba su rostro tan pálido y apagado.

- ¿Vas a aceptar lo que hablamos antes? – asentí con la cabeza - ¿Estás segura? Porque Hobi suele ser un poco impulsivo, aunque no lo muestre.

-No tengo que brindarle explicaciones a nadie, debería de saber que no somos nada – volvió a elevar las puntas de su boca. Ya me daba un vuelco al corazón – Quiere que nos juntemos esta noche, ¿podemos hacer algo?

-Hacerle creer que nos veremos en mi habitación – fruncí el ceño y miró su reloj – Debe estar por llegar. Fueron a cenar, como sabes. Así que no tardarán mucho. Vamos a mi habitación – se levantó de la silla y me invitó a que imitara su acción.

Volvimos al hotel sin ser vistos por las fanáticas de Estados Unidos. Ingresamos y fuimos hasta el ascensor a la espera de que llegara. Cuando las puertas se abrieron de par en par, adentramos a la espera de que volvieran a cerrarse. Levanté la mirada hacia la entrada del hotel, Hoseok apareció con una gran sonrisa en su rostro, la cual desapareció al instante que me divisó. 

Suga pasó su mano por mi espalda hasta mi zona lumbar y se acercó a mí oído – Hago esto solo para ver su rostro – susurró.

Su aliento golpeó mi lóbulo e hizo que la piel se me pusiera de gallina. No obstante, me sorprendió la manera en que Hobi reaccionó. Levantó su mano y la movió de un lado a otro de manera afectiva. Despareció al momento que las puertas se juntaron frente a nosotros y Yoongi se alejó.

Un juego de cartas [J Hope; Suga +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora