Ella es mi Príncipe (Jenlisa)

Capítulo 10

Jennie.

- Jennie, ¿te gusta Lisa? - me pregunto Sana sentándose en mi cama

- No, bueno si, ¡Agh!, no lo se, no se que siento por Lisa - frustrada pase mis manos por mi rostro

- Esta bien, te hare varias preguntas y dependiendo que respondas sabremos si te gusta o no ¿ok? - asentí a lo que me decía a Momo la cual agarro una libreta y lápiz - si ves a una chica coquetearle a Lisa, ¿Qué haces? - pregunto

- Lo típico de toda amiga, buscaría a esa idiota y la haría a saber que no se acerqué a ¡mi príncipe! - respondí bufando y mis dos amigas me miraron raro, ¿qué? eso hacen las amigas, ¿no?

- Si Lisa te sonríe, ¿Qué sientes y que haces? - volvió a pregunto

- Me siento en las nubes y con mariposas en el estomago, su sonrisa tan encantadora me tiene loca y obviamente le sonreiría también - ellas se pegaron en la frente

- Jennie, ¿quieres volver a besar a Lisa? - lleve mis dedos a mis labios y los acaricie lentamente mientras una boba sonrisa salía de mis labios

- Me encantaría... - murmure y mis amigas gritaron - e-estoy enamorada de... de Lisa - dije y ellas asintieron - ahora que se que me gusta, ¿¡cómo rayos la voy a tratar!? - grite exagerada y Sana me pego una cachetada- ¡Auch!

- ¡Tranquila Jennie!, ¡no es momento para que susurres con fuerza! - dijo y yo asentí, tenía razón - ya no la puedes tratar como una amiga, bueno si pero no tanto, debes conquistarla, enamorarla y - Momo la interrumpió

- ¡EXCITARLA! - grito Momo con fuerza y yo le pegue en el hombro

- Esta bien, ¿Qué debo hacer? - sin saberlo me había buscado la ayuda de las dos locas de todo el mundo

Al día siguiente.

- chicas ¿están seguras de esto? - les pregunte mientras trataba de bajar un poco más mi falda

- Claro te vez sexy - dijo Momo mientras me peinaba y Sana me terminaba de maquillar

- Pero la falda es muy corta - me queje y ellas solo me ignoraron

- ¡Ya estas lista!, a ver una vuelta - rodé los ojos y di una simple vuelta - ¿en serio?, necesitamos más ayuda - Momo miro a Sana antes agarrar sus teléfonos y llamar a no se quien - vienen para acá

- Quiénes vie... - no pude terminar de hablar ya que Nayeon y Seulgi abrieron la puerta de mi cuarto

- Llego - dijo Seulgi haciendo una pose

- El dúo - le siguió Nayeon haciendo otra posa

- ¡De las más perras! - dijeron al unísono y yo solo me pegue la frente, ¿en que me había metido?

- Samo, lo hicieron increíble pero algo esta mal - les dijo Seulgi a Momo y Sana

- ¿Qué esta mal? - preguntaron al mismo tiempo

- Todo - les respondió Nayeon - pero cálmense algún día conseguirán ser unas... - Nayeon las miro esperando a que completaran la frase

- ¡Perras! - me volví a pegar la frente al punto de quedarme roja

- Ok Jennie, lo primero que hay que hacer es cambiar la vestimenta - Seulgi como si fuera la hija de flash me quito la ropa quedándome en ropa interior avergonzada me tape con las manos

- Colócate esto, esto y esto - Nayeon me lanzo unos jeans ajustados negros, una blusa blanca que dejaba ver mi ombligo y hombros y unos tenis negros también, los agarre y entre al baño al colocármelo, Cuando salí todas aplaudieron

- Quiero ser como ellas de grande - dijo Sana mirando con admiración al loco dúo de Seulgi y Nayeon

- Admito que me gusta - confesé con una tímida sonrisa al verme al espejo

- Lo sabemos cariño - a Seulgi la llamaron del celular y atendió a el - Nayeon tenemos otra emergencia - Nayeon asintió antes de plantarme un beso en la mejilla

- Nos vemos bebe, suerte - y se fue con Seulgi, ellas realmente están locas

- Bueno, a la escuela llevamos 20 minutos tarde - dijo con simpleza Sana mientras agarraba su mochila

- ¿¡20 minutos tarde!? - las agarre del brazo no sin antes colocarme mi mochila y jalarlas al auto de Momo

- ¡Conduce mapache! - ella asintió y piso el acelerador para así salir disparadas al instituto

En el instituto.

- ¡Rápido! - las regañe mientras corríamos a la clase que por suerte nos tocaba juntas pero al entrar el profesor de matemáticas nos miro fríamente, oh, oh

- Detención después de clases - dijo con firmeza y nosotras asentimos antes de entrar y sentarnos en nuestros lugares, mientras caminaba a mi asiento podía sentir la mirada de los chicos y aquello me puso nerviosa e incomoda

- Te miro más de uno Jendukie - me guiño el ojo Momo

- Yo solo quiero que me mire Lisa - suspire y mis amigas me sonrieron para luego acariciar mi cabeza

Horas después

Luego de varias horas de clase y que en ninguna me hubiera encontrado con Lisa para mi desgracia llego el recreo, mis dos locas amigas y yo ya teníamos nuestras bandeja con la comida y ahora nos encontrábamos a nuestra mesa de siempre, ya estando en esta nos sentamos a charlar.

- Jennie, mira hacia halla - mire donde me señalaba Momo y mis ojos se agrandaron, Lisa venia vestida completamente diferente, traía un suéter blanco con una chaqueta de cuero, jeans grises un poco rasgados y unas botas negras, su cabello estaba desordenado pero se veía increíblemente sexy, ella miro hacia a mi y me sonrió, yo le sonreí torpemente mientras la saludaba con mi mano

- ¿Por qué esta caminando tan lento? - pregunto Sana a Momo

- Es para verse cool Sana, como esas partes de las películas en la que los protagonistas caminan lentamente para verse cool y genial - respondió Momo y Sana asintió a sus palabras

Para mi mala suerte Lisa no vino hacia mi pues la profesora de la obra se la llevo a no se donde. Bufe frustrada.

- Calma Gatita veras a tu rebelde príncipe después - asentí mientras me llevaba un taco a la boca

Después de clases en detención.

- ¡Solo he visto a Lisa en el recreo! - me volví a quejar y mis amigas suspiraron

- Tal vez te esta esperando afuera - animo Sana pero yo negué

- Esta lloviendo, dudo que se vaya a quedar por mi - suspire mirando la lluvia por la ventana

- Niñas, ya pueden irse, termino la detención, espero verlas el lunes temprano - asentimos mientras agarrábamos nuestras cosas y salíamos del salón

- Yo conduzco - les dije y ellas negaron

- Lisa va a conducir - dijo Momo señalando algo a alguien, mire donde señalaba y me encontré con los ojos de Lisa

- Te estaba esperando - me dijo acercándose a mi, ella llevaba una sombrilla en su mano

- No tenías que hacerlo - la mire - te pudiste haber enfermado - la regañe y ella solo rio

- Soy tu príncipe, debo estar para ti - mis mejillas se tornaron rojas - ¿nos vamos - pregunto y yo asentí agarrando su mano.