Inquietante Presentimiento

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A mitad de recreo Ouma-San y yo regresamos al curso porqué comenzó a llover. La gran parte de nuestros compañeros hicieron lo mismo.

Varios estudiantes se llegaron a aglomerar por un momento, cerca de la puerta de cada curso.

Algunos se encontraban corriendo, otros caminando tranquilamente, y a otros simplemente no les importaba la lluvia, se quedaron debajo de esta caminando u jugando sin preocupación alguna.

Ya en el curso, empapados y temblando por el frío. Un compañero se acercó donde nos encontramos Ouma y yo. Amami-San el vicepresidente del curso.

— ¡Hola chicos! ¿Eres Ouma, no? Contigo quería hablar. Le encargaron a Akamatsu-San, la presidenta, de hablar contigo pero estaba ocupada así que lo haré yo ¿Está bien?

¿Akamatsu hablar con Ouma? Había algo raro detrás de esto. Los profesionales encargados de psicología y enfermería en la institución, solían hacer que la o el delegado de la clase, hablaran con los estudiantes de nuevo ingreso que tenían problemas de salud.

No sabía que podría tener Ouma o si hablaban con él por otra posibilidad que se salía de mi punto de vista. Solo podía esperar que no fuera por algo grave.

Ah, claro, no hay problema. — Respondió Ouma.

Bien, ¿Saihara, nos das un momento porfavor?

. . . Sentí cierta molestia en mi pecho lo cuál me confundió. No entendí el por qué de esa molestia. — Si, entiendo. — Sentí en mi rostro qué se formó una ligera sonrisa por los nervios.

Bien, vamos Ouma. — Lo tomó del brazo y se lo llevo al fondo del curso.

Tenía curiosidad por saber de qué hablarían. Aunque, en definitiva, haberme quedado allí cuando necesitaban hablar de algo tan privado, fue muy descortés de mi parte.

Aún no entiendo porque sentí esa molestia en mi pecho al momento en que me excluyeron de forma necesaria. Aveces los sentimientos pueden ser molestos, salen de mí y ni siquiera puedo controlarlos. Espero no haber hecho una mueca de disgusto, o si no seguro debí de dar una mala impresión. Debo ser consciente y aprender a controlar eso.

Observé como Rantaro hacía gestos corporales, manteniendo el movimiento de sus brazos a una altura prudente, mostrándose tan amable y educado como solía ser siempre. Nuevamente ese cúmulo de punzadas se presentaron en mi pecho. Realmente no entiendo que mierda me pasa, tengo que controlar este sin sentido de emociones.

Ouma por su parte se mostraba algo incómodo al principio, después se tornó más serio, para luego mostrarse algo nervioso y tímido. Qué bonito.

No es por ser metiche, pero me gustaría saber leer los labios, así podría tener una idea de lo que dicen, pero ¡Ese tema no es de mi incumbencia! Son temas personales de un chico que acabo de conocer, y él me hará saber sobre esto cuando sea el momento. Si se da la oportunidad.

Aveces la curiosidad sin cuidado, puede ser muy problemática, por este tipo de situaciones. No tiene que ver conmigo, no tengo porque meterme en ese lío, si.

Ví como Rantaro le dió un papel a Ouma antes de despedirse de él para seguí con sus actividades. Ouma volteó a verme a vino en mi dirección algo presuroso, guardando aquél papel en uno de sus bolsillos.

Tóxicomano | Saiouma Pregame AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora