PARADERO

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Como era de costumbre, la repostería más famosa de la ciudad ya se encontraba abierta desde las primeras horas para atender a todos aquellos que iniciaban su día antes que el propio Sol, conforme las horas avanzaban las personas iban y venían, la mayoría de los jóvenes ya se encontraban de vacaciones, mientras que otros tantos esperaban con ansias su graduación, la mañana estaba tranquila, bajo los estándares que tenía la ciudad, después de la casi destrucción de Metrópolis, un robo bancario no parecía algo importante sobretodo porque aún tenían a sus héroes que cuidaban de ellos, todavía había quienes no confiaban en ellos, pero aún así, las cosas parecían volver a la normalidad con cada día que pasaba. 

Después de haberlo pensado durante la noche, Zee decidió llamar a Babs para hablar con ella sobre lo que sentía, sabia que no era muy buena cuando se trataba de guardar secretos, pero era de las mejores oyentes de todas y además era la única que tenía tiempo ya que el resto de las chicas tenían cosas que hacer, acordaron en verse en Dulce Justicia por la mañana. La chica de pelo morado disfrutaba de un café en lo que esperaba a su amiga, se puso a pensar que sin querer Babs era la responsable indirecta de su pelea con Oliver y de que este se fuera de la ciudad al pedir su cooperación para ayudar a los tipos que lo habían atacado,  "¿Que pudo haber pasado si hubiera decidido ponerse del lado de Oliver en vez de el de Babs?", después de haberle dado vueltas varias veces a ese escenario se dio cuenta de que tomó la decisión correcta, sin importar lo que sentía por él, el dejar a una amiga sin ayuda era imperdonable, aún más sabiendo todo lo que pasó después, la imagen en su mente de aquéllos pasillos aún le causaban pesadillas en una que otra noche, pero, ¿A caso le dolió a Oliver que ella se haya puesto en su contra?, la respuesta era obvia, nunca tuvo la intención de hacerlo enojar, sólo trataba de hacer lo que ella consideraba correcto en ese momento, "¿Por qué estar enamorada era tan complicado?", quería retroceder el tiempo para nunca enamorarse de Oliver, aunque ni ella misma sabía en qué punto paso de odiarlo a gustarle, el amor era tan confuso.

—(Babs) Zee, Zee… ¿Zee?...¡¡Zee!!—. La pelimorado reaccionó de inmediato al escuchar el grito de la pelirroja, sin querer se había perdido entre sus pensamientos, ni siquiera se percató de en que momento había llegado, estaba sentada al otro lado de la mesa y parecía más feliz de lo normal, sin duda el baile de graduación había sido espectacular para ella. Antes de que le dijera el porque la había citado para hablar, decidió primeramente preguntarle sobre el baile, se arrepintió de no haber pasado ese momento con sus amigas ya que con la próxima partida de Jessica y Kara de la ciudad, no sabía cuándo tendría una nueva oportunidad para salir con ellas. Babs empezó a hablar con la energía que le caracterizaba, después de todo lo que había tenido que pasar, era gratificante verla sonreír. Al parecer habían ocurrido muchas cosas en el baile, tuvieron que llevar arrastrando a Diana a su casa ya que había quedado fuera de combate cuando Steve la besó de forma imprevista en pleno baile, cuando lo hizo, la princesa amazónica se quedó inmóvil solo para que a los pocos segundos cayera al suelo tumbando a otras parejas que estaba a lado de ellos, también vio a Kara bailar una canción lenta junto a Jessica, que ellas dos fueran novias no era un secreto para nada, lo sorprendente era ver a Kara bailar una canción como esa y eso no era todo, sino que, lo que dejó a todos con la boca abierta es que ellas fueron elegidas rey y reina del baile, —(Babs) o debería de decir reina y reina… rey y rey… la verdad no tengo ni idea, pero, ¿puedes creerlo?, fue un momento muy emocionante —. No era raro que las eligieran, durante el último año de preparatoria ambas hicieron bastantes cosas por la escuela y para personas que no pertenecían a ella, las cosas sí que habían cambiado demasiado en tan poco tiempo, Zee sólo podía imaginarse a ella siendo coronada con reina, no tenía nada en contra de Kara y Jessica, pero ese siempre había sido su sueño, se imaginó los aplausos de todos, los gritos de apoyo, las luces, su rey, sacudió su cabeza para sacarse esos pensamientos de su mente y prestar atención a lo que le decía su amiga.

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