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—¿Esta cosa salió de ella?
El simbionte analizaba extrañado y con curiosidad el pequeño bebé recostado sobre la cuna.
Los ojos verde esmeralda del menor analizaban al Klyntar con atención, posterior a eso, extendió sus pequeñas manos hacia él y comenzó a reír.
Sorprendido, retrocedió hasta llegar al lado del castaño, que se encontraba dormido en el sofá, con un biberón en mano que derramaba el líquido sobre él.
—¡EDDIE!
El repentino gritó trajo de vuelta al castaño, que se deslizó sobre el sofá hasta caer al suelo, donde se quejó ante el brusco golpe.
—Hay mejores formas de avisar—Dijo con una ligera molestia, observando su pecho—¿Por qué estoy mojado?
—Por qué tú—Golpeó su frente con uno de sus tentáculos—Humano mediocre, te quedaste dormido—Explicó.
Eddie, sentándose nuevamente sobre el sofá, pasó sus manos por su rostro con algo de cansancio.
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