parte 1.

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—Primera impresión de lo que no sabías que existía.

Había sido solo una noche desde que Oscar y su hermana mayor, _____ Hernández habían llegado al misterioso pueblo donde pasarían un tiempo indefinido con su abuelo, Don Enrique.

Pero a la mañana siguiente, Oscar hizo obvio que se estaba hartando de su "nuevo" y pequeño cuarto que compartía con su hermana que se encontraba harta pero de la vocecita del menor, por lo que solo quedaba salir a explorar el Encanto, así que tomaron pan de la tienda de su abuelo —que seguía en cama— y se marcharon.

Encanto era un pueblo seguro, separado de todo el mundo por lo que cuando Don Enrique encontró la simple cartita que sus nietos le habían dejado no se preocupó pero empezó a pensar en algo que había olvidado decirles sobre El Encanto.

Pero en el centro del pueblo donde Oscar y _____ estaban, sus primeras impresiones fueron sobre lo bello y extraño que era este lugar.

Los repentinos cambios entre un sol resplandeciente y tormentas que duraban menos de dos segundos, como habían flores o pétalos perfectos en los lugares más extraños, y lo más raro fue cuando Oscar chocó con un hombre con un brazo definitivamente dislocado colocándose en una fila con más personas igual o peor que el mencionado.

Los hermanos no comprendían que sucedía y el inicio de la la cola era imposible de ver a la distancia.

Más raro fue, que media hora después vieron al mismo hombre con su brazo perfectamente sano, murmullos hablando sobre cómo todo era gracias al milagro de los Madrigal.

No fue hasta que llegaron al mural más colorido que ambos Hernández habían visto que sus teorías habían empezado.

—Madrigal..— murmuró _____ viendo el título de la obra. —¿Eso me suena?—

—Es la familia esa de la que escuchamos en todas partes..— contestó Oscar . —¿será como una religión? ¿Un culto satanico?—

—¿Tu crees?— dijo _____. — ¿A estos se les habla o se les reza? — bromeó la mayor.

El menor soltó una risita ligera que se calló cuando ambos hermanos escucharon una voz jugando detrás de ellos.

—Pues yo no me quejaría de verlos rezarme.— río un chico de rizos.

—¿Que?— exclamaron los hermanos.
—¿Cómo?—

—¿Rezarte a ti?— dijo _____ confundida por la presencia del joven. —¿Por que o que?—

—Porque yo soy un Madrigal .— dijo con orgullo a lo que ambos Hernández se voltearon a ver con el ceño fruncido en duda.

—Dense la vuelta.— dijo el chico y vieron nuevamente esa mística familia, dentro de ella el joven de rizos.

—¡Ohhh!— exclamaron los hermanos en unísono.

—¿No son de aquí verdad?— pregunto el chico sonriendo —Soy Camilo, Camilo Madrigal.—

—Soy _____.. _____ Hernández, este es Oscar.—

—Soy Oscar.— dijo el pecoso menor . — Entonces, ¿porque estas en un mural? ¿Que hiciste para ganarte eso?—

—¿Yo?— exclamó Camilo. —¡Pues soy un Madrigal!—
...

—¿Y?— dijo Oscar con disgusto en su voz.

—Pues los Madrigales somos una familia muy especial, una familia mágica.—

—Oh.. Okay..— exclamó incómodamente _____ tratando de jalar a su hermano con ella fuera de esa escena. —Te me cuidas.—

—¿Eh? — exclamó Camilo . — ¿No me escuchaste bien? ¡Mi familia es mágica!

—¡Que padre..!— forzó _____.

—Está loco..— dijo Oscar indiscretamente hasta que escucharon esa misma frase salir de la voz de Oscar pero fuera de sus labios, y al voltearse, estaba un segundo Oscar.

Los Hernández se paralizaron un segundo, viéndose de reojo entre sí, _____ veía a su hermano menor pensado que tendría alguna respuesta con sentido común, la mirada de Oscar a su hermana mayor dejó en claro que ni tenían ni una maldita idea de que estaban viendo, hasta que la imagen de Oscar se alargó intercambiando sus ojos marrones por unos verdes y cabello liso por rizos hasta que por fin podían ver al joven que se hacía llamar Camilo.
¿Quien era Camilo Madrigal?

Lo que era raro pero tenía explicación desapareció, ahora había una joven que podía levantar una iglesia completa, una chica que sacaba flores de donde fuera y una mujer cargando a su hijo y con un arcoíris flotando sobre ella.

¿Que era este pueblo que no podían encontrar en ningún mapa?

Camilo les trato de explicar pero los hermanos Hernández solo podían verlo con duda, incluso cuando Camilo se transformó en _____, seguían sin comprender, la chica solo podía tomarlo de la cara y verlo fijamente para tratar de comprender, no fue hasta que el volvió a su forma que _____ se dio cuenta de que gritar sus manos en las mejillas de un desconocido era raro que se separó de él.

—¿Y pues de donde son si no son de aquí? ¿Donde se están quedando?— pregunto el Madrigal con dulce curiosidad y un rubor apenas notable.

—Queti.— respondió Oscar a la defensiva.

—¿Queti?— cuestionó Camilo volteando a su izquierda a ver a la chica.—

—Quetimporta.— dijo _____ sin pensarlo, hasta que reaccionó a lo que era una falta de respeto. —¡Digo..! Por allá.— señaló a un lado al azar.

—Bueno..— dijo algo intimidado por el menor Camilo. —entonces Oscar, _____, bienvenidos a Encanto, espero nos veamos más.

—Igualmente.— mintió _____ .

—Esperemos no.— dijo Oscar con honestidad. —¿Entonces cuando volvemos a casa?— pregunto con disgusto mientras el Madrigal se alejaba.

—Ya estamos en casa.— forzó _____. —Solo  será por un tiempo ¿Verdad?—
—Entonces volviendo a la pregunta sobre aquel sujeto, ¿a los Madrigal se les habla o se les reza?— dudo genuinamente esta vez.

FIN DE CAPÍTULO UNO. —Ranis.

Lamento el hiatus y la desaparición de mi historia original de nervios, no estado al cien pero aquí les muestro otra versión llamada Otro tipo de Nervios.

—No les puedo prometer estar tan activa pero aquí les dejo un pequeñito vistazo a esta historia sin fin.

—No les puedo prometer estar tan activa pero aquí les dejo un pequeñito vistazo a esta historia sin fin

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-Otro tipo de nervios..🧡- Camilo Madrigal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora