𝓟𝓸𝓵𝓲𝓶𝓸𝓻.
Kaigaku x Lectora x Zenitsu.
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Uno es un chico lloron, el otro es un enojon y la chica es alguien que siempre reza para que no se peleen ambos.
Tres personas comple...
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— wahh es más grande de lo que recordaba. — mencionabas con asombro mientras mirabas la entrada de su nuevo hogar. Dejaste las cajas sobre la mesa de la cocina para después dirigir ambas manos a tu cintura. — ¿tu que opinas, Zenitsu?
Agatsuma Zenitsu, un joven rubio con algunas extensiones de color naranja. Ojos de un tono marrón dorado y de cejas particularmente gruesas.
— es genial! — respondio mientras hacia el mismo movimiento que tú dejando las cajas sobre la mesa. — ahora ya podremos vivir juntos, ____-Chan~♡!!
Se abalanzo contra ti logrando darte un fuerte abrazo; diste una baja risa entre dientes mientras correspondías a su abrazo, pegando tu mejilla contra la del rubio.
— así es Zenitsu-Kun!
— dormiremos en el mismo cuarto! No puedo esperar para-
— no idiota. — dijo el tercer integrante, kaigaku. Aquel pelioscuro garro al rubio haciendo que se separara de ti logrando que hubiera una distancia entre ambos. — cada quien tendrá sus propio cuarto.
— ahh!? ¿¡pero porque!?
— imbécil, ¿¡como que porque!? — dijo soltando al rubio mientras lo miraba con una clara expresión de molestia. — si bien somos pareja, cada quien necesita su privacidad!!
Zenitsu estaba al borde del llanto ante las palabras de su medio hermano, estaba por quejarse pero te adelantaste primero comenzando a hablar.
— kaigaku tiene razón. Si bien somos pareja necesitaremos a ratos un momento a solas.
Si. Pareja. Los tres estaban involucrados en una relación poliamorosa. Para algunos asqueroso, para otros interesante, pero para ustedes era encantador (Kaigaku nonlo admitirí); si, quizás a ratos tenía aquellos roces dónde se enojaban, pero es normal, al fin de cuentas siempre sabían resolverlos.
Los tres habían comenzado su relación cuando estaban en preparatoria, justo antes de que kaigaku fuera a la universidad. Actualmente el joven de cabellos oscuros era el único con ya una carrera terminaba y un trabajo estable. En cambio Zenitsu y tú aún seguían en la universidad.
Los dos universitarios se mudaron con el mayor a una nueva casa ante el cambio de puesto de kaigaku. Su casa no era tan grande al vivir en la ciudad, pero era lo suficientemente espaciosa para los tres.
Diste un bostezo mientras comenzabas a caminar dejando a ambos varones en la cocina; comenzaste a despojarte de tu chamarra mientras subías las escaleras llegando a donde seria tu nuevo cuarto.
Una sonrisa felina apareció en tus labios para después tirarte sobre aquella cómoda cama y envolverte en las sábanas cual pequeño mochi te trataras.
— oye, fea! No te duermas! Aún tenemos que desempacar!! — kaigaku entro a tu cuarto acercándose a la cama intentando quitarte tu sabana, pero tu no se lo permitias. — levántate! Ya había tendido tu cama!!
Zenitsu quien de igual forma subió las escaleras en tu búsqueda, dio una baja risa desde la entrada del cuarto mientras miraba aquella escena.
— vamos kai! Fue un viaje largo. — una sonrisa se pasmo en los labios del rubio mientras hacia el mismo movimiento que tú acostándose a tu lado.
Kaigaku bufo con molestia mientras los miraba a ambos acostados, observando como abrías de la cobija, abrigado como de igual forma abrazando al rubio, haciendo que este diera un bajo chillido de felicidad mientras te abrazaba.
— son unos malditos flojos.
— vamos kai-chan~♡ — te removiste entre las sábanas para por fin encararlo. Una sonrisa lucida estaba en tus labios mientras ambas manos las dirigían contra el mayor. — ven, descansa con nosotros.
— no...
— Kai-Chan~♡...— ronroneaste su nombre mientras estiradas tus manos contra el esperando a que cediera.
Kaigaku Gruño.
A paso lento se fue al lado contrario de la cama para también acostarse. Sus brazos envolvieron tu cuerpo acercándote a el, sintiendo su pecho contra tu espalda. Zenitsu no se quedó atrás, se acercó contra tu cuerpo descansando en tu pecho. Tus dedos solo jugaban con aquella cabellera rubia dándole un suave masajes.
Los rayos del atardecer entraban por la ventana para asi solo chocar contra sus cuerpos dándoles calor; sentías como el pecho del mayor se inflaba con cada respiro que daba, siendo este tranquilo; lo mismo era para Zenitsu, sentías como su respiración chocaba contra tu cuerpo causandote ternura.
Estabas cansada, eso era obvio, pero no pudiste evitar dar una baja risa logrando llamar la atención de ambos hermanos.
