Esta bien estar mal, esta bien llorar, esta bien cuando no estás bien porque es normal, es parte de la vida, de aprender. Esta bien salir lastimado, esta bien que la gente hable mal de ti, esta bien porque de todo aprendes, aprendes que la vida es una y que aunque a veces no vaya como uno quiere va y eso ya está bien. Porque mientras haya vida hay que vivirla, con lo bueno y con lo malo. Con lo mejor y lo peor, con el dolor y la alegría, no conoces que tanto dolor eres capaz de soportar hasta que no tienes ganas de levantarte, cuando caminar duele, cuando respirar cuesta, cuando las personas te dicen que tienes mil motivos para vivir y tu no los encuentras, todo eso esta bien.
Esta bien sentirse destrozado por las injusticias de la vida, esta bien sentirse humillado por la traición, esta bien haber sido siempre honesto y que contigo no lo sean, esta bien que te equivoques, que te caigas, que te lastimen, y que lastimes a otro en el proceso de tu aprendizaje, porque el otro también está aprendiendo; esta bien sentirse como una mierda. Esta bien pedir perdón y que no te pidan perdón.
Y todo eso está bien porque al final de cada pequeña gran batalla estás tú, pero mejorado, con mayor capacidad de resiliencia, estás más humano, estás más sabio, más inteligente, estás más feliz, porque entre más abajo estés mayor es el impulso para tocar el cielo. Y si, volverás a caer; y si volverá a doler y cada vez sentirás que duele más, porque haz caído desde más alto, por lo tanto, te a dolido más. Pero igual podrás y cuando no puedas, también está bien, esta bien pedir ayuda, esta bien que otros no quieran o no puedan ayudarte, esta bien seguir aunque no tengas ni idea de cómo hacerlo. Cada día durante los últimos 6 meses me he levantado con la sensación de que todo lo hago mal, de que hago más mal que bien, de que quizá debería morir, cada día durante los últimos seis meses he sentido angustia antes de dormir, o más bien de quedarme dormida porque el cansancio es brutal y mi cuerpo no da para más. Cada día durante todo este tiempo a sido una lucha constante por esforzarme y lo mejor es que no se para que me estoy esforzando, porque cuando no tienes una meta solo corres hasta que la encuentres.
Me he perdido mucho en el proceso de encontrarme y aún sigo perdida; pero en la última semana he dormido bien, he descansado, he pedido a Dios que me oriente porque no se hacia donde debo de correr, odio llorar y en los últimos días lo he hecho, odiándome por hacerlo, porque toda la vida crecí con esta idea de que llorar es malo, las lágrimas son sal y solo atraen más dolor. Y me duele más llorar que aguantarlo. Pero a veces, es necesario y está bien.
Me siento cada día más lista para dar mi siguiente salto, se que en algún momento volveré a caer y dolerá; y dolerá mucho, pero por ahora no estoy preocupada por eso, porque sé que ese dolor se convertirá en un nuevo aprendizaje en nuevo impulso.
No sé si todo va estar bien en tu vida, y la verdad lo dudo, porque vinimos a aprender y si no tuvieras nada que aprender o qué enseñar ¿qué hueva vivir así, verdad? Lo que si te puedo decir es que cada dolor te hace más fuerte, cada caída más valiente y cada salto más humano. No te prometo que todo va estar bien, pero te prometo que aprenderás algo nuevo, aunque duela. Y qué al final, allá al final de la vida, mirarás atrás y verás que no todo es tan malo. Porque como dijo Forest Gump, estamos aquí por un poco de destino y un poco de que vamos flotando a lo pendejo. Pero sobre todo estamos aquí para correr, correr y correr, sin importar a donde hasta qué te canses y no haya más que hacer.
Así que, a correr 💚✨