El Reto (gracias a JhonWar quién lo mandó a mi correo)

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Cuando era joven mi primo y yo buscábamos la forma de vender nuestra alma al diablo para volvernos ricos, era una estupidez claro, yo nunca me lo tome en serio y después de unos meses de rituales y sacrificios de perros en vano, me harte y deje de hacerlo, pero mi primo no, él en verdad quería poder y dinero; continuó buscando la forma por años, poco a poco fue encontrando libros, objetos y gente cada vez más peligrosos. Estudió cosas malignas, aprendió a mover objetos con su mente, a controlar ciertos pensamientos de personas débiles, me asustó todo eso y me aleje de él.
Una madrugada tocó a mí puerta, parecía un cadáver. Después de un rato se tranquilizo, note que no me escuchaba y luego supe porque.
Había encontrado un ritual para invocar a un ser tan poderoso como peligroso, si se le lograba controlar se obtendría cualquier cosa incluso el mundo entero, pero si fallaba las consecuencias serian terribles.
Mi primo fue a una montaña lejos de cualquier persona y ahí realizo el ritual. Debía colocarse dentro de un circulo pintado en la tierra, protegido por arcanos símbolos mágicos, dentro de ese circulo tenia una fogata alimentada por sustancias mágicas para evitar que se apagara al momento de que el ser se presentara. Realizó la invocación y mientras lo hacia; los arboles parecían tomar vida, se agitaban como si quisieran huir, el viento soplaba con fuerza y decenas de rayos surcaban el cielo una y otra vez. Al terminar el rezo una sombra se hizo presente a unos metros del circulo protector y poco a poco fue tomando forma, mi primo penso estar preparado para cualquier cosa pero cuando vio al demonio se paralizo, no fue capaz de describírmelo, pero si logró asustarlo debía ser terrible. El demonio le habló y mi primo debía hacer un conjuro para inmovilizarlo y hacer un trato con él, exigirle todo lo que deseaba a cambio de liberarlo, pero estaba aterrado y olvido las palabras.
Sabia que estaba en problemas, al amanecer la fogata se apagaría y el circulo perdería su poder, bastaría que el demonio le dijera su nombre para poseer su alma para siempre. Por horas el engendro dio vueltas alrededor de mi primo, blasfemando, escupiendo, lanzando fuego por la boca, tomando la forma de su novia, de su madre, de todo a quien amaba. Desesperado creyó encontrar la solución, tomo una vara encendida de la fogata y la enterró en sus oídos hasta reventarse los tímpanos, el demonio desapareció, mi primo salió del circulo, corrió casi media hora para llegar a su auto y condujo hasta a mi casa.
Mientras él juraba que dejaría de jugar con fuerzas sobrenaturales, comenze a escuchar una risa, una risa que no pertenecía a ningún humano y mi primo señalo hacia arriba, cuando voltee pude ver como el techo sangraba y con la sangre se escribía poco a poco una palabra, supe entonces que no debía ver, cubrí mis ojos con fuerza y me oculte debajo del comedor. Los gritos de mi primo me llenaron de pánico y fui incapaz de moverme. Después de unas horas en silencio, tuve el valor de salir de mi escondite.
Mi primo había muerto, su cuerpo estaba seco como el de una momia, las cuencas de sus ojos se encontraban vacías, me acerque y vi en su frente el nombre de su asesino, en ese momento supe que mi alma estaba perdida.
El demonio se presento ante mí, pero logre hacer un trato con él; al momento de mi muerte liberara mi alma, lo único que debo hacer es contar esta historia a cuantos pueda y terminarla diciendo su nombre: Nebrilac.
Tal vez este muerto pero no he sido enterrado...

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