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En el transcurso del recorrido del autobús hasta la plaza comercial a la que se dirigía, Jin no dejó de pensar en la plática que tuvo con Jungkook. ¿Tan mal omega era? cuando era más pequeño, y hasta hace unos meses atrás, su padre le decía que sería un buen omega. Tenía caderas anchas para tener cachorros, y muslos gruesos, la cosa favorita de los alfas. Los alfas amaban a los omegas con carne de donde agarrar o morder durante sus celos, ellos no querían a un omega escuálido y sin chiste.   

Seokjin tenía todo eso. A veces pensada que Jungkook era uno especial y no le gustaban de se tipo, como él. Aunque, de ser así, no lo hubiese llamado para ayudarlo en su celo. Y tampoco sus muslos debieron de haber quedado completamente magullados de tantas mordidas y apretones que le dio. Aún cree tener marcas de ese día, y fue hace poco más de 4 meses.   

¿Será que el alfa de Jeon no sintiera nada al tener a Seokjin cerca? Porque, Jin si sentía y mucho. Hasta cuando no estaban cerca, su omega se retorcía en su pecho por ir en busca del alfa y verlo cuanto menos 1 segundo. Cuando estaban cerca, su omega chillaba por atención del alfa, y no dejaba de hacerlo hasta que Jungkook lo mirase, aunque sea, de reojo. Al castaño siempre le pareció atractivo el más alto, lo veía por la escuela y pensaba que tenía una bonita sonrisa, porque sí, ha visto a Jeongguk sonreír, pero sólo con sus amigos. Nunca había sentido la necesidad de estar todo el tiempo a su lado o al menos, tener algo que oliera a él para calmar su sed. Él piensa que es el embarazo que lo deja así. Tal vez, el bebé necesitaba protección, más de la debida.    

El autobús para justo fuera de la puerta del centro comercial. Se dirige hasta la sección de restaurantes, donde lo espera Jimin, su mejor amigo, omega. Es un chico delgado y bajito, él sí encajaba en el típico estándar de omega delicado y débil, a Taehyung parecía gustarle así. Es por eso que el castaño piensa que Jungkook era como él.    

—Hola, Jinnie, ¿cómo estás? —él ya está en una mesa, sólo y comiendo algo de comida China.    

—Hola, Jimin. Algo cansando, ¿y tú?  

—Estoy bien, gracias —Jimin le da un par de palillos a Seokjin para que comiera también—. Pensé que debías estar hambriento.   

Y sí; mucho. La manzana que comió en la mañana no había sido suficiente. Su estómago rugía y ardía por ser llenado de lo que sea.    

—Bastante —revela, tomando del pollo agridulce de Jimin.    

—Y... ¿cómo es la vida con Jeon? ¿te trata bien? Tae dice que es algo bruto contigo.    

¿Qué debía contestarle? ¿Qué el alfa era un puto idiota con él, o que apenas y hablaban?    

—Sí, lo es. Bastante. Pero no solemos hablar mucho, ¿sabes? sólo lo necesario.    

—Pero, la comunicación con el alfa durante el embarazo es importante, Jinnie.   

—Cuando es tu alfa, tal vez sí.    

—Jungkook es tu alfa, Seokjin.    

—No, Jimin —el castaño niega con su cabeza, suave. Jugando con las mangas largas del suéter de Jeon—. No lo es. Él me lo dijo hoy.    

—Pero... si Jungkook no fuera tu alfa, tu embarazo no iría nada bien.    

—Es que... yo lo siento, ¿vale? pero Jeongguk no. Él dice que no porque vayamos a tener un bebé, yo soy su omega.    

—Ya se dará cuenta, Seokjinnie. Como te dije, él es un alfa idiota.    

—Yo no quiero que esté o cuide a mi bebé por obligación. Quiero que lo quiera como su hijo, no como una simple responsabilidad.    

Ven aquí y ámame || GgukJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora