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Seokjin revuelve la sopa dentro de la olla para que no se pegara. Suelta un suspiro alto, tocando la parte baja de su espalda. Apenas tiene 4 meses de embarazo pero no es eso lo que le lastima la espalda, hoy, después de clases, tuvo que volver a pie desde la preparatoria, que está en el centro y él vive en su pequeña casa del norte.   

Niega con la cabeza, echándole un poquito de agua a la mezcla. Recuerda como era su vida hace 3 semanas, antes de venirse a vivir con un alfa que mínimo y sabe su nombre. Cuando vivía con sus padres, todo era diferente. No eran ricos, vivían bien, pero como era hijo único, todos los regalos iban para él. Cuando le dijo a su madre-beta que estaba en espera, ella dijo que estaba bien, que él tenía la última decisión, sobre quedarse o irse con el alfa responsable.    

En Corea era así, como una costumbre. Cuando un alfa dejaba en estado a un omega, él debía llevárselo y arreglárselas solas. Jin estaba decidido a quedarse con sus padres, y disfrutar de las comodidades que ellos le darían a él y su bebé, pero no, Jungkook llegó una noche diciendo que el omega (ni siquiera se acordaba de su nombre) se iría con él, porque el cachorro que llevaba dentro era suyo. Los padres de Seokjin lo vieron confiable y dejaron a su hijo ir con él. El omega nunca se quejó.   

Ahora desea haberse quejado, pero estaba tan aturdido que nada salió de sus labios, sólo empacó su ropa en una pequeña maleta y con la misma, bajó.  

Jin sabe que Jungkook se lo trajo a su casa por una razón, y no era por el bebé o porque él sea su omega, no. La simple razón por la que estaba aquí ahora, era porque si el alfa no lo hubiese hecho, su ego de dominante hubiese sido dañado, y se hubiera sentido humillado.    

Vuelve a negar, no pudiendo creer que tan tonto fue. O sea, el cortejo de Jungkook fue el más vergonzoso. Un día la puerta de la casa de sus padres fue tocada, y él la abrió, encontrándose con cierto alfa ahí parado, con la cara seria y mirada sin titubear.    

¿Puedo ayudarte en algo? —Seokjin había preguntado, con medio cuerpo escondido detrás de la puerta, sólo viendo como el más alto asentía.   

Quiero que me ayudes en mi próximo celo. —dijo, tendiendo una caja de bombones de frambuesa. Los ojos de Jin brillaron. Eran sus favoritos, el amaba los bombones.  

Está bien, creo. ¿cuándo es? —preguntó, tomando la caja entre sus manos.   

El próximo sábado. —y con eso se dio la vuelta, caminando lejos de la casa.  

Jungkook era un alfa que estudiaba en la misma escuela que él. Compartían clases pero Jin nunca creyó que supiera de su existencia porque bueno, nunca volteaba a verlo, sólo hablaba con sus dos amigos. Taehyung, un alfa muy amable y Namjoon, otro alfa, uno peculiarmente divertido. Jungkook era un alfa muy cerrado, sólo con sus cercanos podía entenderse bien.   

Ellos duermen en la misma cama, porque en realidad no hay otra. Hay noches en las que Jeongguk se va a la sala o simplemente se queda lo más alejado de él.   

Y mierda, Seokjin es un omega embarazado, necesita el calor de un alfa más que nunca, de su alfa. Ni siquiera sabía si  Jungkook era su alfa en verdad.  

Cuando ve que la sopa está lista, apaga la hornilla. Toma un cucharón y sirve un poco en su plato hondo. Se sienta en su silla y suspira. Está otra vez sólo, pero no se queja, porque Jungkook estaba trabajando. O al menos es lo que él dijo.   

Da su primera cucharada, quemando su lengua, rápidamente para aliviar el dolor, toma un sorbo de su jugo de uvas, natural. Porque a Jungkook no le gustaba que tomara cosas sintéticas por el bebé.   

Ven aquí y ámame || GgukJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora