Hasta que la muerte los vuelva a unir

Luego del desastre

Ya han pasado dos años, dos años de la gran batalla. La Batalla de los Cinco Ejércitos.

Todo volvía a transcurrir normalmente como en los tiempos de antaño, muy de a poco las ciudades volvían a resurgir de las cenizas.

Yo volví al bosque con mi gente, pero cada tanto solía ir a visitar a los enanos en Erebor, claro los que quedaban...

Allí me recibían muy bien a mí y a toda mi gente. Cantaban, reían, bailaban... Todo el día. La felicidad de haber recuperado por fin su tierra les desbordaba de sus pequeños cuerpos.

Se sentía la ausencia de algunos. Pero según dicen, el tiempo cura todas las heridas.

Con Legolas dábamos largos paseos por los bosques, éramos libres, ya no estábamos atados a nuestro bosque, a nuestra tierra. No. Ahora podíamos ir por doquier, explorando, conociendo, o simplemente paseando.

Los días eran muy alegres. Parece que ese pasado de guerra, batallas y orcos había quedado tan solo en un sueño muy lejano.

Años habían pasado desde aquel horrendo episodio, años desde su muerte. Yo trataba de seguir mi vida normal, aunque claro, ni mi vida ni la de nadie volvería a ser igual. Padres, hermanos, esposos, tíos... Habían quedado en ese gran charco de sangre. Ausentes físicamente, pero recordados por siempre.

Tuve noticias de que Bardo estaba haciendo un muy buen trabajo en Esgaroth. Nuestras razas se llevaban muy bien, y su relación con los enanos... Bueno... Solo puedo decir que las cosas estaban mejorando.

Si en algo influyó esta batalla fue en que al fin nos unimos como equipo. En ese momento no importaba nada. Todos perseguíamos un mismo objetivo, sobrevivir.

Nuestra relación fue más estrecha que nunca. Estábamos unidos, luchábamos en equipo, combatíamos como una única fortaleza. Dejamos a un lado nuestras diferencias y orgullos, que tiempo atrás nos habían dividido. Sobrevivimos.

Y así será para la eternidad.