Karina no era una chica como la mayoría de su edad, desde que era tan solo una niña no se la pasaba jugando con muñecas, prefería jugar con legos, resolver crucigramas y ver series que implicaran un desafio a su aún no desarrollado cerebro. Sin embargo esa actitud provocaba el rechazo de muchas pequeñas, al ver la negativa de la morena ante cosas tan sencillas como jugar con muñecas o jugar con las tazitas de té, con el paso del tiempo simplemente fue despreciada.
Alejada, humillada y termino sufriendo bullyng en su jardin, fue así que la pequeña hizo su primer cambio a muy corta edad, no duro ni un semestre en su primera escuela
Cambio tras cambio.
Escuela tras escuela.
Y por último ciudad tras ciudad.
Nunca tuvo algo estable, claro exeptuando por los libros que su abuelo le regalaba, regalos como esos eran sus más grandes y estables compañeros.
—¡Abuelito! ¿No irás con nosotros esta vez?—una pequeña se esforzó por preguntarle al contrario, lo cuál era realmente díficil tomando en cuenta que unas pequeñas lágrimas se asomaban por sus ojos.
El caballero simplemente le sonreía con tristeza, mientras que escondía un papel detrás suyo.
—Lo siento pequeña, pero el clima de Santiago a mi edad no me hace bien—mintió, mientras que abrazaba a la pequeña.
—Entonces... ¡no quiero ir!—gritó mientrás se aferraba a su traje de cuero, a ese punto la madre ya enfadada la sacó a fuerzas de los brazos de su abuelo y se la llevo
Esa fue la última vez que Karina lo vió.
Esa misma noche, llegó la noticia a la familia.
Leon Bustier su abuelo, se había suicidado.
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Recuperando el tiempo
Romance¿Estuve en tus noches más oscuras, pero donde estabas tú? Muchas personas confían en las personas equivocadas, y luego lo terminan pagando caro, sin tener la culpa. Karina ha cometido ese mismo error cientos de veces... o eso era hasta el día de su...
