아홉 (ahop)

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Aquel día despertó de buen humor, incluso hizo un pequeño baile

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Aquel día despertó de buen humor, incluso hizo un pequeño baile. Estaba feliz después de la dura semana que tuvo que pasar por culpa de aquel resfriado, que más que eso parecía una enfermedad letal.

Oh, pero podía hacer caso omiso a qué se sentía como mierda, solo por el simple hecho que Minhee cumplió con su palabra y se quedó con él hasta que mejoró.

Y todo fue tan... Hyeongjun no tenía palabras para describirlo.

Que su Hyung se quedara a su lado, cuidándolo y asegurándose de que estuviese bien, hablándole dulcemente con motes cariñosos.

Literal acabó más enamorado de lo que ya estaba. Lastimosamente el mayor se tuvo que ir el día anterior por asuntos familiares. Y esos momentos donde estuvo solo en su habitación, meditó un poco.

Habían pasado años en que admitió que sentía algo más que amistad por el más alto, desde ese entonces le dio unas muy sutiles señales que obviamente no funcionaron, Minhee era despistado sin siquiera intentarlo. Y cuando se le salió con aquella petición, había quedado más que claro, paro tal parece que no fue lo suficiente para él.

Por eso, después de mucho pensarlo, decidió confesar lo que sentía de una vez por todas, esta vez, sería directo para que no le dejara ninguna duda a Minhee.

Esa desición estaba acompañada de miedo, porque aún no sabía si era correspondido y cabía la posibilidad de un rechazo que podría acabar con su amistad.

Pero Hyeongjun ya había sido demasiado paciente guardando todo lo que sentía, ya no podía ocultarlo por más tiempo.

Así que esa era la situación, lo llamaría para que se encontraran en el parque y ahí le diría todo.

De ese parque saldría victorioso y con un novio, o derrotado y con el corazón roto.

Era momento de arriesgar todo o nada.

(ʋ- ᴥ •ʋ)

—¡Si! ¡Gracias Dios, sólo por esto me haré un creyente! —exclamó con alegría—. ¡Es un milagro!

El chico daba saltitos en su lugar mientras seguía dando las gracias, ya daba por perdida la batalla pero su amigo le demostró que no era un caso perdido después de todo. Se acercó a él para darle un gran abrazo.

—Vaya que si te emocionante —comentó aceptando el abrazo.

—¡No es para menos! Mí querido amigo Minhee por fin se dio cuenta que está loquito por Hyeongjun-ssi —apretó su mejilla sin dejar de sonreír—. No hay nada de malo contigo, solo eres un poco lento.

—Ya~ Serim~ entendí, soy despistado —se quejó alejando la mano del mayor.

—Está bien, está bien —rió alejándose para sentarse en la cama de su mejor amigo—. ¿Y cuando conoceré a mí cuñado?

-Mmm, no somos novios.

—¡¿Qué?! —preguntó para luego soltar un suspiro frustrado—. ¡¿Y qué rayos haces aquí todavía?! ¡Ve por él, hombre!

Serim se levantó para empezar a empujar a Minhee fuera de la habitación.

—Oye espera, no puedo hacer eso, ni siquiera sé si corresponde mis sentimientos —objetó tratando de evadir los empujones.

—Tengo una idea -sonrió irónico—. ¿Por qué no vas y le preguntas? Ah, y de paso confesarle que te mueres por darle un beso.

—Pero Seri-

No se pudo escuchar más ya que el mayor le cerró la puerta en la cara.

—¡No regreses hasta que des por terminada tu soltería! —gritó a la madera.

Serim rascó su barbilla pensante.

—Tal vez debí sacarlo de la casa —dijo a sí mismo.

En ese instante reaccionó y abrió la puerta pero Minhee no estaba a la vista. Lo buscó por los alrededores pero el chico ya no estaba.

—Espero que haya salido a ver a Hyeongjun.

Serim ya estaba consciente de los sentimientos que tenían ambos, cualquiera podría notarlo por la forma en la que se miraban. Llevaban tiempo así, y si ellos no hacían algo al respecto, él sí lo haría.

Aunque algo le decía que no sería necesario después de aquel día.

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¡𝐓𝐄 𝐏𝐀𝐆𝐎! • 𝐌𝐈𝐍𝐈𝐒𝐎𝐍𝐆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora