여섯 (yeoseot)

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Después de hablar con Seongmin no había visto a Minhee hasta el día siguiente en la escuela

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Después de hablar con Seongmin no había visto a Minhee hasta el día siguiente en la escuela. Ambos comían en silencio durante le descanso.

Hyeongjun se sentía un poco incómodo ya que su Hyung había estado muy callado, como perdido en sus pensamientos, de vez en cuando lo atrapaba viéndolo sin decir nada pero luego apartaba la mirada rápidamente.

Antes de poder preguntarle si estaba bien la campana sonó anunciando el retorno de las clases.

—Te acompaño a tu salón —Minhee se levantó de un salto guardando sus cosas.

Hyeongjun lo siguió después, un poco aturdido.
Menos empezaron a caminar pero el menor iba más adelante sintiendo el peso de su mirada en su espalda.

Minhee Hyung está actuando extraño.

Sabía que en este momento lo estaba mirando, estaban así desde que lo fue a recoger a su casa, pensando que él no se daba cuenta.

—Ya~ ¿qué tanto me mira Hyung? —preguntó empezando a caminar más lento sin importarle que ya la mayoría de los estudiantes estén en sus salones.

Se dio la vuelta con una sonrisa para encararlo y efectivamente lo estaba viendo, pero esta vez no rompió el contacto visual. Hyeongjun se quedó en blanco por unos segundos olvidando por completo lo que iba a decir.

Trató de calmar su acelerado corazón ignorando el hecho de que no respondió su pregunta, su sonrisa parecía temblar un poco de repente.

Aish, no sabía de dónde venía esa timidez ahora.

—H-hyung, aún me debe un b-beso —bien, ahora estaba más nervioso que antes.

Minhee ladeó la cabeza sin dejar de verlo, dio un paso hacia delante haciendo que Hyeongjun diese uno hacia atrás. Siguió haciéndolo hasta que el menor chocó contra los casilleros, sin escapatoria. El alto no se detuvo hasta quedar a centímetros del rostro contrario.

Hyeongjun se encogió en su sitio, temía que su corazón fuese escuchado de lo rápido que latía. La forma en que lo miraba, sentía que iba a morir en cualquier momento.

—¿Por qué? —preguntó suavemente, en un susurro.

Su cerebro hizo corto circuito, no era bueno trabajando bajo presión. Empezó a decir balbuceos sin sentido hasta que su voz se aclaró para dejar unas débiles palabras.

—¿Te pago? —más que una afirmación era una pregunta.

Vio como la mano de Minhee se acercaba a su mejilla para dejar una caricia ahí. Había una gran probabilidad de que Hyeongjun muriera de un ataque al corazón en ese instante.

La forma en la que sus dedos le tocaban era delicada, con sumo cuidado. Después fueron a su flequillo para apartar el cabello dejando su frente al descubierto.

Se acercó lo suficiente para depositar un beso ahí, sus labios demorando un poco más. Sin despegarse murmuró lo parecido a un aún no.

Dio la última mirada a Hyeongjun, sus ojos brillaban y sonreía levemente, luego se fue dejando al chico con el corazón a mil y un sonrojo que sabía que había llegado a sus orejas.

—¿Qué... acaba... de pasar?

Dobló las piernas hasta quedar sentado en el suelo. Su cabeza estaba hecha un lío por lo ocurrido, sus manos tocaron sus calientes mejillas tratando de calmarse un poco.

Estaba... abrumado.

—Estoy tan pero tan perdidamente enamorado de Kang Minhee -suspiró.

En ese momento se permitió ser feliz sin pensar en el regaño que le daría su madre por saltarse las clases. Porque definitivamente no se sentía capaz siquiera de levantarse de ahí.

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¡𝐓𝐄 𝐏𝐀𝐆𝐎! • 𝐌𝐈𝐍𝐈𝐒𝐎𝐍𝐆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora