𝐏𝐔𝐍𝐈𝐒𝐇𝐄𝐑: OO1

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"El florecimiento de una rosa roja en medio de un bosque viejo, húmedo y peligroso."

El viento era cómplice de todo y la fuerte lluvia era su poder para creer.

En un fresco ambiente y húmedo sería cómplice también de aquel viento soplar por los aires una pequeña semilla lista para ser plantada en la tierra fresca para dar el primer paso de querer florecer.

La semilla cayó a la tierra. Nadie podía cubrirla con un poco de tierra pero el viento si. Sopló fuerte su brisa y la tierra comenzó a acceder. Poco a poco aquella semilla desapareció en el suelo. Totalmente cubierta. Se sintió cálida y bien cuidada.

El viento se dio cuenta que su trabajo había terminado. Ahora la que debía asegurarse de todo era la lluvia. Debía darle de comer sus gotas de agua para ayudarla a creer.

Su padre el viento, su madre la lluvia y la tierra.

Los días pasaban y el sol salió. Sería su próximo trabajo darle un poco de sus rayos. Daría calor y comodidad. Más días ocurriendo y todos ponían un poco de cada uno. Hasta que finalmente se verían totalmente orgullosos de lo que habían hecho.

Una hermosa y grande roja floreció. Su procedimiento fue rápido y sobrenatural. Su crecimiento había sido solo en tres días. Más rápido que cualquier otra flor en la naturaleza.

Era más hermosa y más grande que una rosa común en el mundo.

Más días pasaron y finalmente mostraría su verdadera identidad detrás de una bella rosa muy roja.

Aquella rosa fue arrancada por una mano delgada y grande que salía debajo de ella. Aquella mano intentaba sostenerse se algo para poder salir. Buscaba desesperadamente algo con que agarrase.

Luego otra mano salió debajo de la tierra, intentado ayudar a su otra mano a encontrar algo para tomar de fuerza para salir. Intentó cavar el pozo de dónde salían sus manos lo más rápido posible. Estaban desesperadas. En su movimiento podía verse perfectamente.

Cuatro patas caninas corrieron por el bosque oscuro y algo tenebroso. Los grandes árboles y altos no permitían ver el cielo con claridad pero aún así. La luz natural siempre iluminaba el bosque como sea.

El canino con su pelaje negro como la noche y sus tres cabezas de perro aullando de felicidad, tomaron velocidad para llegar rápidamente dónde quería hacerlo.

Buscaría aquella roja que estaba creciendo aunque ellos no sabían aún que está ya había crecido.

Su olfato canino nunca les falló. En un largo tiempo, finalmente encontraron lo que deseaban encontrar. Pero se sorprendieron cuando solo habían manos salir debajo de la tierra y luchando por salir.

Se emocionaron cuando sabían de que se trataba. Corrieron hasta las manos y soltaron ladridos de felicidad. Rápidamente con sus patas delanteras comenzaron a cavar con rapidez ayudando aquellas manos. Luego una de las tres cabezas tomó una mano en su boca para jalar de ella sin lastimar su piel con sus colmillos.

Fue un trabajo de ambos cuando finalmente una cabeza de cabellera color gris claro salió de la tierra junto con un rostro sucio y desesperado por aire.

Era una coincidencia que un perro lo había salvado. Siguió luchando hasta sacar su cuerpo desnudo completo y lleno de tierra que le cubría su piel suave, y blanca. Estaba en busca de aire totalmente agobiado por la falta que le hacía.

𝐏𝐔𝐍𝐈𝐒𝐇𝐄𝐑 愛 KOOKMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora