Debes Ser Mio. (HIGUEL) ¤¤

Volví, Y Agárrense Que Viene La 5 Parte!

Tadashi estaba bien.

Tenía a su comprometido.
A sus amigos.
A su tía.
A su hermano.

Tadashi estaba bien.

¿Como tres palabras podrían ser tan falsas?

Tadashi No estaba bien, estaba herido, como un delfin en agonía.

Miraba como la felicidad que había logrado se escapaba por sus dedos, como su mirada se quedaba día tras día sin brillo.

Solo habían pasado 5 meses.

Su vida era un asco.

Ya que en navidad, todo debería ser paz y armonía.

–Más.. Ahh.. Más..

Todo debería ser amor.

–Dashi...

Todo debería ser felicidad.

–Wow, ustedes no pierden tiempo! –Grito Hiro entrando como pedro por su casa, aunque al ver la situación tiro lo que traía al suelo.

–¡Hiro! ¿¡Que nadie te enseñó a tocar!? –Grito tadashi ocultándose entre las sábanas, Miguel quien estaba helado. También cooperó avergonzado de que lo vieran.

–Me aburrí, Ahora. Miguel ven conmigo –dijo sacando un puchero, Tadashi levantó una ceja y Miguel al aclararse lo miró con el ceño fruncido.

–Que....

–Me toca, follarme a mi.

–¿¡No ves que estoy haciéndolo con Tadashi!? ¿¡HASTA DONDE LLEGA TU DESCARO!?

Hiro bajo la mirada con una sonrisa, Pero luego miro a tadashi, de una manera tan fría. Que lo dejo De piedra.

Tadashi le iba a dar un infarto.

Sus mejillas estaban sonrosadas, como si él fuera el intruso aquí, se separó de Miguel avergonzado. Hiro sólo lo seguía con la mirada, Tadashi terminó

Llendose de la habitación.

–La bebé llora –se excuso.

–Ahora quítate el condon, me gusta sentirte en mi –Tadashi escucho al cerrar la puerta.

Psicologicamente hablando, Tadashi estaba roto. Herido, su familia, el chico al que dejó su infancia pegada solo para darle un ejemplo estaba acabando con su vida.

No podía más.

No quería más.

Quería volver a la universidad.

Quería volver a esa fiesta donde conoció a Miguel.

Quería volver a cuando tenía a sus dos papás.

No quería a Hiro.

. (...)

Miguel estaba buscando su guitarra especial, impactante y hermosa.

Entró al estudio pero no estaba, ni en la cochera, ni en la habitación, ni el baño.

Rendido fue a la cocina, encontrando la allí, para observar entonces que no estaba solo.

Hiro estaba allí, mirándo a la nada, Con la cabeza agachada y sujetando un vaso de agua.

Miguel no sabía si esto era un truco o algo pero...

Estaba extrañado, y Miguel no era de los que veía a alguien actuar extraño y quedarse callado.

–¿Hiro...? ¿Te sucede algo? –El menor no respondió, pero un sollozos hizo que Miguel se acercara a verificar que sucedía. ¿El chinito estaba tan mal?