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Aidan Gallagher

Después de unos minutos de ir me dieran la que es por mucho la peor noticia de mí vida, me decidí y marque el número del papá de Clarice.

Aunque Clarice no se hablaba con su padre ahora necesitaba saber de ella.

- Residencia Curie buenas noches - respondió una mujer que no supe reconocer -.

- Buenas noches, me podría comunicar con Andrew Curie - pedí entre lágrimas -.

- De parte de quién - preguntó -.

- Aidan Gallagher, porfavor dígale que es urgente. Que se trata de su hija -.

- Deme un segundo - dijo y puso el teléfono en espera -.

- Buenas noches joven Gallagher en qué puedo servirle - se escucho la seca y sin emoción voz de un hombre adulto -.

- Señor es sobre Clarice -.

- ¿Que sucede ahora con mí hija? - pregunto sin interés - oh déjeme adivinar, al fin se dio cuenta que su futuro está a lado de su familia y hacerse cargo de su legado o solo necesita dinero para pagar su cuenta - hablo con sarcasmo -.

- Señor esto es un tema delicado, le pido porfavor que evite esos comentarios - dije y el rió amargo -.

- ¿Tema delicado? No me vengan con sandeces, Clarice nunca se ha presentado en mí casa, ni llamado para disculparse por la forma en que se marchó de su hogar... Ahora llama usted diciendo que tiene una urgencia con ella - cuestionó incrédulo - hágame el favor señor Gallagher y dejé de llamar -.

- Señor en serio es importante, Su hija ella está..- me interrumpió -.

- Mí hija murió el día que decidió seguirlo a Brooklyn, ahora sí me disculpa debo ir a compartir una exquisita cena con mis socios, buenas noches - colgó -.

Al oírlo hablar tan cegado por su rencor decidí no insistir más, estaba destruido y no sabía que hacer. Mis padres no contestaban el teléfono pero supongo ir venían en camino.

Caminé por pasillos del hospital hasta que llegue a la capilla, la capilla del hospital. Nunca fui un hombre de fe, siempre creí que la religiones eran controladas por el hombre para manipular a las personas a actuar como ellos quisieran, que usaban el nombre de Dios para justificar la homofobia, misoginia y abstinencia al sexo.

Pero el mundo da vueltas y ahora me encuentro en un reclinatario de rodillas tratando de rezar mientras un sujeto a mí lado solo duerme.

- Padre nuestro que estás con nosotros - hice una pausa tratando de recordar - ven a nosotros tu reino, háganos tu voluntad según tu... Carajo la rezando mal - gruñí frustrado - padre nuestro que estás con nosotros.. - me interrumpieron -.

- Es padre nuestro que estás en el cielo - corrigió el hombre a mí lado - ¿Si no sabes rezar porque lo haces? - pregunto -.

- Ni siquiera yo lo sé, nunca fui alguien religioso - sorbi mí naríz -.

- ¿Por qué lo haces? - volvió a preguntar -.

- Estoy pasando por un momento difícil - respondí sin ganas -.

- Te entiendo - rió seco - aveces piensas que estás pasando por la mejor etapa de tu vida y justo en ese entonces te dicen que la vida se te va - dijo mirando al frente - Nunca creí en Dios, nunca me di la oportunidad de enamorarme y tener hijos. Siempre me dedique a trabajar, tenía la idea de hacer mucho dinero para al llegar a la edad de los 50 hacer todo lo que siempre quise. Quise estabilidad para que al llegar esa edad lo tuviera todo. Ahora tengo 49 y al parecer solo me quedan dos meses de vida - confesó -.

- No se escucha como alguien a quien le dicen que va morir - limpie algunas de mis lágrimas -.

- No estoy triste. Estoy furioso, siento que esto es un estúpido karma golpeándome en la cara por nunca haber aprovechado la juventud. Así que vine aquí a ver si Dios me puede explicar si esto fue obra suya o simplemente me tocó y ya ¿Puede haber algo peor que esto? - pregunto frente a la estatua de Cristo en la Cruz -.

Por unos segundos nos quedamos callados hasta que decidí hablar.

- Me acaban de decir que el amor de mí vida tal vez no pase la noche - confesé - creo que lo único peor de que te digan que morirás es el saber que la persona que más amas en todo el mundo morirá y no podrás hacer nada al respecto - dije y agache la mirada -.

A los segundos sentí una mano en mí espalda en forma de consuelo.

- Lo siento mucho amigo - dijo suave -.

- No tienes porqué - hablé sin verlo - dentro de unas horas despertará y podré verla una última vez - suspiré - ¿Cómo podré verla a los ojos sabiendo que morirá? ¿Cómo podría decirle que tal vez esta sea su última noche? - pregunté llorando -.

- Tal vez lo mejor sea no decirle, tal vez es mejor que simplemente entres y le des tu mejor sonrisa - propuso -.

- Llevamos cuatro años de novios y en todo ese tiempo jamás le he mentido ¿Cómo espera que lo haga ahora? -.

- Eso está en ti - se levantó - no tengo otro consejo para ti muchacho. Solo te puedo decir que la hagas feliz - hizo una pausa - Al menos por esta última navidad - di un suspiro y escuché sus pasos alejándose -.

Ni siquiera un milagro podía cambiar el cruel destino de Clarice y yo lo único que iba a poder es darle una sonrisa y decirle que todo estará bien aunque no sepa que será así.

Si te mentí fue porque tenía que hacer te feliz.
Debía sacarte una sonrisa al menos en nuestra última navidad.

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Webonas!!!

Semana final de Our last Christmas, estos son los últimos capítulos y en serio espero que los disfruten mucho.

¿Que les pareció el capítulo?

Saben que siempre las leo

XOXO

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bUeNo Me VoY

𝙾𝚞𝚛 𝙻𝚊𝚜𝚝 𝙲𝚑𝚛𝚒𝚜𝚝𝚖𝚊𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora