Prefacio

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Vagaba sobre cuerpos sin sentido, sobre cabezas aún menos coherentes. Estrello mi ser en su boca aunque no quepa en su mente sapiente mi sinceridad, mis sobrevivientes. Si te digo amar es porque quiero correr en tu mar, navegar, no que me atraques a tus muelles. La palabra amar está tan cercenada, le llaman posesión detrás de escenas, no buscas nada nuevo solo navegas sobre la casualidad y la certidumbre de las sensaciones típicas de un guión prescrito, no de lo que eres sino de lo que quisieran que fueran los demás, no te atreviste a ser tú misma, ¿Cómo podría seguir amando aquello? Lo siento si las menciono en estos textos, es consecuencia natural de haber pasado por mis manos, escribo todos los detalles de sus curvas para eternizarlas en mis labios, ensayos de lo que pudo haber funcionado pero por respeto a lo que son y a lo que soy las dejo volar, si a eso se le puede llamar aquello. No soy quien para juzgar, solo comparto lo que siento, las amaré eternamente aunque compartamos distintos vuelos, las seguiré queriendo, pero el amor, la palabra amar, lo aprendo de ella cada vez que hablamos, cuando abrazamos las ideas y follamos con miradas embobadas. La amo no porque me ame, sino porque nos amamos. Porque volamos juntos, y uno de estos días tendremos un nido compartido, es mi deseo y esperemos que el de ella lo sea, falta mucho por acontecer. Este poemario se lo dedico al amor de verdad, ese que aprendo a su lado, se vuelve uno sin dejar de ser dos.

(Dedicado a "G")

El amor también se cuentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora