Capítulo 1

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Valeria

"¡Val el despertador!"

La luz del sol me golpeaba directamente en la cara. El día anterior me había dejado la persiana subida como de costumbre. Últimamente siempre me pasaba lo mismo, aunque bueno, era algo normal en mi ya que siempre era muy vaga y por las noches lo último que me apetecía era esforzarme por bajarla.

Un duro golpe en la cara me trajo de vuelta a la realidad. Mi hermano me acababa de tirar la almohada a la cara y se había quedado mirándome al lado de la puerta de mi habitación.

"¿Porque no te vas ya a tu nueva casa?"

Le pregunte enfadada mientras le devolvía la almohada con la mayor fuerza que pude sacar a esas hora de la mañana. Mi hermano Lucas estaba a dos semanas de mudarse a una pequeña casa que había comprado con su novia hace varios meses.

"Ya sabes que están con las obras. Levántate ya cabezota, hay porras con chocolate abajo."

Se dio la vuelta en dirección a la cocina. Desde que Lucas nos contó a toda la familia sobre su mudanza, mis padres solo tenían en mente una cosa: realizar actividades en familia a todas horas. Y aunque a veces no era lo primero que me apetecía hacer en mi tiempo libre, yo no me quejaba. Realmente no lo hacía porque cada día nos íbamos a comer a un restaurante diferente y no puedo evitar adorar la comida.

En ese momento tenía una frase que lo significaba todo para mi: hazme todo el daño que quieras pero a mi, mi comida, no me la vas a quitar jamás. Siempre he pensado que sería capaz de abandonar a mi familia por una simple caja de Schoko-bons pero bueno, ese es otro tema distinto...

A ver que me disperso, mis padres habían ido a comprar porras para desayunar ya por cuarto día consecutivo. ¡Eso era el paraíso! Después de haber intentado volverme a dormir sin ningún éxito me puse los calcetines más gordos que tenía, unos rosa con forma de oso, y baje corriendo las escaleras.

Mis padres y mi hermano estaban sentados en la mesa acabando de desayunar.Mis padres, con esa cara de pocos amigos tan común en ellos, nada más llegar me empezaron a regañar por haber tardado tanto en levantarme. Bueno, realmente mi madre me echaba la bronca y mi padre la apoyaba para que no le cayese ninguna charla a él.

Mi padre Carlos y yo siempre hemos sido muy parecidos, tanto física como mentalmente. Desde pequeña siempre me han dicho el gran parecido que teníamos. Sin embargo, pese a mis parecidos en la forma de la cara o en la personalidad, siempre he destacado dentro de mi familia por el color verde de mis ojos y mi pelo claro.

Desde que tengo uso de razón mi hermano siempre se ha metido conmigo diciéndome que soy adoptada. Esto es ya que mis padres y él tienen todos el pelo oscuro al igual que los ojos a diferencia de mí.

Mi madre siempre había sido mi punto de apoyo. Aunque no seamos parecidas nos complementábamos muy bien. No obstante, cuando empecé a crecer nuestra relación fue poco a poco volviéndome más fría. A pesar de eso, para mí la familia siempre ha sido lo primero y más importante de mi vida porque sé que nunca me van a juzgar y se que siempre me van a apoyar pase lo que pase.

Volviendo a la realidad, mi hermano estaba contando algo sobre su trabajo como programador de vídeo juegos. La verdad es que no estaba muy interesada en escucharlo. Nunca me ha interesado mucho la informática al contrario que el resto, a mi me gustaba la física y las matemáticas. Nunca he tenido muy claro que quería ser de mayor. Cuando cumplí siete años les dije a mis padres que quería convertirme en una Winx Club. Lamentablemente tuve que abortar esa idea así que un día me puse a investigar que podría interesarme. Cada día cambiaba de idea sobre a qué quería dedicarme. Por ahora solo tenía claro una cosa, las letras no eran mío.

Una pregunta hizo que mi cerebro regresara a la conversación. Madrugar no le sentaba muy bien a mi cabeza para funcionar correctamente. Mi hermano acababa de pedirle el coche a mis padres para esta noche.

"A las diez tengo que llevar Raquel a su fiesta de cumpleaños".

Mis padres accedieron sin apenas darle alguna importancia porque Raquel llevaba siendo novia de mi hermano ya por mucho tiempo, pero a mi se me acababa de encender una bombilla.

" Cabezón, ¿ podrías dejarme en casa de Claudia antes de ir a por Raquel?"

Acabas de tener una buena idea por primera vez en tu vida.

Lo que yo no sabía es que mi consciencia, en cierta parte, estaba muy equivocada.

Por todo lo que dijimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora