Rechazo (Lucifer x MC; drama)

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Todo reconocible de Obey Me! es propiedad de sus creadores y la franquicia de Shall we Date? NTT - Dating Sims de NTT Solmare Corporation.

Nota: Un sin sentido como de costumbre. 

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Rechazo

Como Avatar del orgullo estaba acostumbrado a conseguirlo todo, de alguna u otra manera. Para bien o para mal, desde su creación en el Reino de los Cielos, todo ser vivo terminaba amándolo o en su defecto, odiándolo con un deje de respeto y admiración. ¿Cómo resistirse a lo más cercano que existía de la perfección? Por algo había sido el ángel que se creyó con derecho a retar a Dios. Sin embargo, no dejaba de ser un hombre y MC ya había sido daña lo suficiente por los mortales como para no querer más. La forma en la que la humana suavemente desvió el rostro, esquivando el beso y poniéndose de pie enseguida, lo dejó confundido.

—Pensé... —se quiso excusar.

—Y no te equivocas —contestó MC sin atreverse a mirarle—.

—Entonces no entiendo —dijo Lucifer, todavía más contrariado que antes.

El momento era perfecto, la atmosfera era propicia... Habían pasado la tarde juntos, conociéndose más. Habían charlado como nunca antes. MC le había demostrado que no le temía como él pensaba y que algo de ese afecto que veía en ella para con sus hermanos también le podía tocar a él. Pensó incluso que podía recibir más, que ella al igual que los demás caería ante la tentación de quien personificaba el pecado, pero lo acaba de rechazar. Después de haberle dado todas las señales, de acercarse, de mirarle fijamente, de acariciar su rostro. No entendía. Era ella quien parecía que lo había querido besar y ahora se sentía como un bufón.

—No hay nada que entender, Lucifer —respondía la humana, haciendo ademán de tomar sus cosas para irse de la habitación. El demonio, por su parte, seguía demasiado consternado para detenerla.

—¿Te incomodé? —preguntó él. Al menos quería saber qué había hecho mal.

—Sí, pero no por lo que estás pensando —dijo MC y luego suspiró. Incapaz de verle, sintiéndose afligida por haber arruinado el momento con el que había fantaseado quizá desde el momento que lo vio por primera vez al llegar a Devildom—. Cuando se vuelve real deja de ser especial —añadió y comenzó a caminar hacia la salida. Sin más despedida, sin más cortesías.

—Lo que estás diciendo no tiene ningún sentido —se quejó el aludido, yendo hacia donde estaba ella a gran velocidad. Sin embargo, aunque se colocó a un lado de la puerta, no la detuvo cuando esta la abrió para salir.

—Me gustas, sí. Pienso en ti en cada momento. Sueño despierta con vivir a diario lo que compartimos hoy, pero no puede ser —habló, sintiendo que decía aquello más para sí misma que para justificarse con él. El demonio no supo que responder, tan solo parpadeó confundido. No era lógico para él confesar sentimientos que él estaba correspondiendo, tan solo para ser rechazado en el mismo instante—. Tú no quieres esto, no puedes quererlo, ni puedes quererme. No arruinemos una fantasía con algo que va a terminar mal...

—¿Por qué estás tan segura de que terminará mal? —la interrumpió con el ceño ligeramente fruncido—. ¿Y quién eres tú para decirme lo que quiero o no? —continuó con un tono serio y evidentemente enojado. Si lo iba a rechazar, al menos quería una excusa valida o no tan rebuscada. Hubiera sido mejor si le hubiera dicho que estaba más encariñada con alguno de sus hermanos, en lugar de dárselas de vidente, queriendo interpretar sus sentimientos mejor que él mismo y prediciendo el fracaso de algo que no había llegado a comenzar.

—Siempre es así... —murmuró e hizo un enorme esfuerzo por no echarse a llorar, mientras los recuerdos la bombardeaban. No quería que las historias se repitieran de nuevo. No quería que volviera el dolor. Ya había bajado la guardia lo suficiente con esos siete hermanos demoniacos, no podía darse el lujo de sufrir más. Entre más profundos fueran los lazos, más iba a doler cuando el sueño terminara. E iba a terminar. Un año era todo lo que tenía. No había futuro. —Además, se te olvida que no estaré mucho más tiempo aquí, entonces, ¿para qué? Bien me dijiste cuando llegué que no me inmiscuyera demasiado y que me preocupara solo por sobrevivir un año y ya... —argumentó a su favor lo mejor que pudo.

—Claro. Tienes razón —concedió Lucifer, sin evitar sentirse incomodo ante la situación. MC le estaba diciendo algo lógico hasta cierto punto, pero el rechazo seguía molestándole—. Que pases buena noche, MC. Fue un día agradable. Te lo agradezco —puntualizó, cerrando la puerta con suavidad, notando como la empujaba por la espalda, dejándola afuera.

La chica se quedó unos segundos recargada en la puerta, en la oscuridad del pasillo, intentando componerse antes de irse a su propia habitación. Quería morirse por la estupidez que acaba de cometer. Por mucho que se repetía que aquello era lo mejor. Un poco más. Sólo tenía que sobrevivir un poco más y volvería al mundo humano, a su vida real: a esa abrumadora soledad en la que Lucifer no existía.

Obey Me! Fifty first dates with a DemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora