Somos el Noveno (EDITANDO)

CAPITULO 40

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Han pasado muchas cosas en los últimos meses, a veces me sorprende como pasa el tiempo. Como profesor de la preparatoria UA es mi deber guiar a la nueva generación que nos protegerá en un futuro. Debo decir que a pesar que me tomo mi trabajo en serio, no puedo evitar ponerme en los zapatos de esos niños, y es a veces duro saber lo que quieren oír, pero tener que ser duro y decirle lo que necesitan, y en muchos casos eso conlleva en romperles las alas a un pichón que no está listo para volar.

Toshinori.- Todo en este mundo tiene requisitos, de bebés hay cosas que queremos mascar, pero quienes nos cuidan nos alejan de ellas aunque deban hacernos llorar. Ser diferente no es malo, pero para poder avanzar primero hay que aceptar que hay cosas para las que no estamos hechos

En el verano de hace 4 años atrás, yo estaba en la prefectura Shizuoka – Musutafu por asuntos de trabajo, iba por la playa Dagobah cuando crucé a un niño a punto de ser aplastado por un viejo refrigerador. Pensé que solo estaría jugando, cuando estaba a punto de regañarlo me entero que él en realidad trataba de moverlo, noto entonces que toda la playa era un vertedero y este niño pretendía revivir ese horizonte. A él fue a quien le dirigí esas palabras cuando me dijo que quería ser un héroe, y su respuesta fue:

Izuku.- Jeje, sabía que diría eso. Escúcheme, y con todo respeto, no hacemos esto de ser héroes por admiración, aprobación o algo como eso

Toshinori.- ¿Hacemos?...

Ochako.- Lo hacemos porque queremos

Izuku.- Y si lo acepta pues bien, y si no... Pues bien también jeje

Me moleste, no podía parar de pensar en que madre imprudente dejaría que su hijo corriera al peligro. Ya habían pasado 2 meses, regresé a esa playa por curiosidad pensando que ya se habrían rendido, pero ahí ellos seguían.

Municipalidad.- Recibimos quejas de los vecinos que unos niños llenan de basura las calles ¡El camión basurero no puede mover todas esas cantidades! Ahora, ustedes vend---

Toshinori.- Discúlpeme por mi imprudencia, no volverá a suceder. Sacaremos la basura por nuestros propios medios y no molestaremos a los servicios públicos

Y fue por mi habito de meter la nariz donde no me llaman que terminé yendo todos los días a esa playa en mi camioneta a recoger la basura. Cada día era un trato, cuando conversaba con esos niños el tiempo parecía efímero, y sin darnos cuenta el horizonte de esa playa recobraba su vida. Un día me animé a preguntarles

Toshinori.- ¿Y qué harán cuando enfrente una amenaza que ni los héroes más fuertes puedan detenerla?

Y su respuesta fue

Izuku.- Bueno, cuando ese momento llegue alguien deberá ayudar a limpiar los escombros en las casas destruidas

Ochako.- O cuidar de los ancianos o mujeres embarazadas que tienen movilidad complicada