• Capítulo 03

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La mañana siguiente en la parada del autobús, decidí que iba a tratar de abrir una grieta en ese tipo, Jeon Jungkook. Se puso de pie en su lugar normal y se apoyó en su lado de la señal de 'stop'. Parecía increíble, aún me cautivaba. No podía quitar mis ojos de él mientras cruzaba la calle, admirado la forma en que sólo podía estar ahí y verse tan impresionante.

Me acerqué a él y me dio una pequeña inclinación de cabeza, reconociendo mi presencia. Tomé una respiración nerviosa, preparándome mentalmente para lo que estaba a punto de hacer.

— Muy bien, Jeon. Tengo un par de preguntas para tí. — Dejé caer mi mochila a mis pies, ya que era demasiado pesada para tenerla sobre mi espalda mientras esperaba.

— Ah, así que finalmente descubriste mi nombre, te tomó bastante tiempo. — Jungkook rió.

— Realmente no me importaba hasta hace poco. — Dije, tratando de encubrir lo estúpido que fue de mi parte no haberle preguntado a alguien antes. Cogí el borde de mi camisa, con la esperanza de que Jungkook no hiciera ninguna pregunta.

— Así que, ¿cuáles son esas preguntas que tienes para mí?— Jungkook empujó su cabello fuera de la frente, los mechones lizos enredándose entre sus dedos.

— ¿Dónde vives? Literalmente nunca te había visto antes. — Le pregunté. Estaba parado delante de él en mis puntas de pie, tratando de acercarme lo más que podía. Sentí que tal vez si estaba más cerca pondría más presión sobre él, obligándole a contestar con la verdad.

— Por la misma calle que tú, en esa pequeña casa de la esquina. — Respondió, con los ojos todavía detrás de las gafas de sol.

— ¿Cómo sabes quién soy? —Custioné. Jungkook dio un paso atrás, claramente un poco incómodo con lo cerca y lo lentamente que estaba avanzando hacia él.

— Todo el mundo lo hace. Eres de los chicos más populares de la escuela. — Se encogió en hombros. Sacó otro cigarrillo del bolsillo y llevó las manos alrededor del palito largo color blanco para encenderlo, tomando una calada de éste antes de exhalar más humo, esta vez tuvo la decencia de hacerlo lejos de mí.

Saqué mi teléfono cómo él lo hizo; 7:15. El autobús estaba tarde, una vez más.

— ¿Cómo sabes tanto de mis padres?

— La pareja más rica de la cuidad. Es difícil no escuchar a la gente hablando acerca de ellos donde quiera que vaya. — Jungkook se encogió de hombros. Sostenía el cigarrillo entre sus dedos y lo agitó alrededor, haciendo que el humo volara sobre su cabeza mientras hablaba.

— ¿Por qué te importa? — Jungkook me sonrió. Sentí que realmente lo había dejado perplejo con esta, por supuesto que no le gustaría admitir que se preocupaba por algo que tenía que ver conmigo.

Sostenía el cigarrillo, ofreciéndomelo. Él no utilizó ninguna palabra, ni trató de convencerme de 'sólo trata una una vez'. Simplemente me lo ofreció, como si estuviera esperando que yo lo tomara, y lo hice. Vacilante se lo quité de las manos, sus dedos delicadamente cepillando contra mí. Tomé una bocanada rápida de el y luego lo boté por mis labios, tratando de no toser demasiado. Una vez que llegué más allá de la sensación del cierre de mi garganta me di cuenta de lo que había sentido, era tranquilizador, casi calmante.

Jungkook sacudió la cabeza. — No lo hago, Kim.

— Claramente lo haces, Jeon. De otra manera no sentirías la necesidad de decirme pequeños facts sobre mí cada vez que tienes oportunidad. — Le pasé el cigarrillo de vuelta y él lo colocó en su boca de nuevo, aspirando el humo.

— ¿Tienes alguna otra pregunta para mí, Kim, o ya hemos terminado con este pequeño juego tuyo?

— ¿Por qué tienes que ser tan rudo? — Gemí. Mi objetivo aquí era conseguir que Jungkook se abriera a mí un poco más y hasta ahora no estaba obteniendo nada de él.

— Bueno, tú estás tratando de hacer preguntas acerca de mí, ¿verdad? ¿Para llegar a conocerme? Por que supongo que tienes alguna idea loca de que estar en la misma parada de autobús hará que mágicamente nos convirtamos en amigos, ¿no?Bien, hasta ahora sólo has realmente preguntado aceca de tí mismo y como te conozco, nada sobre mí. — Jungkook me pasó el cigarrillo y me dejó tomar una bocanada antes de estrellarlo contra el suelo. — Esto demuestra, además, que sólo te preocupas por tí mismo, Kim.

— Bien entonces, Jeon. ¿Cuál es tu color favorito? ¿Estás en algún club? ¿Qué te gusta hacer los fines de semana? — Yo divagaba fuera de las primeras preguntas que vinieran a mi mente, que por cierto fueron las mismas preguntas que siempre le hice a mis padres en la cena.

Jungkook bajó sus gruesas gafas de sol negras hasta el puente de su nariz, lo que me permitió ver sus maravillosos ojos oscuros. Se burló. — No estoy respondiendo nada de eso.

— ¿Qué está mal contigo? — Tiré mis manos en frustración, por el hecho que el autobús tenía cinco minutos de retraso y que Jungkook estaba siendo tan difícil. Era muy consciente de que él había experimentado alguna tragedia en su vida y no estaba demasiado interesado en abrirse a mí, pero al menos podría hacer un esfuerzo. Yo era probablemente la primera persona que había tratado de hablarle durante todo el año y lo único que él quería hacer era excluirme.

— Oh, lo siento. ¿Tú quieres que yo responda todas esas preguntas? Bien, acostúmbrate a no tener todo lo que quieres, mocoso. — Jungkook sonrió satisfecho.

— Sólo estoy tratando de conocerte. — Me encogí de hombros, dando un paso atrás de él inocentemente.

Estaba considerando lanzar la bomba justo en ese momento, diciéndole que sabía lo que había pasado con él y su novio el verano pasado. Yo podría tomar represalias fácilmente con toda la información que había recopilado de Jungkook el día anterior más o menos. Me moría por la expresión de su rostro cuando se enterara de que yo sabía uno de sus muchos secretos, pero decidí no hacerlo. No soy tan malo.

— Bueno, yo no quiero que me conozcas, así que sugiero que dejes de intentarlo. — Jungkook dio una parada al suelo, donde acababa de apagar el cigarrillo, se desmoronó más de lo que ya estaba.

— ¿Dónde está el bus? — Murmuré, parado sobre mis dedos de nuevo para mirar por la calle.

— ¿Crees que yo sé? — Jungkook se giró hacia mí, sus gafas de sol de vuelta en su cara.

— ¡No estaba hablando contigo! — Grité, estampando mi pie en el suelo. Estaba más que frustrado con Jungkook en ese momento.

— ¿Por qué lo dijiste si no querías que te contestara? — Sonrió. Él utilizó su codo paga sostenerse contra la señal de 'stop', mirándome de arriba a abajo mientras lo hacía.

— Fue retórico.

Después de cinco minutos más de espera el autobús finalmente apareció. Dejé escapar un suspiro de alivio, feliz de que todavía era capaz de llegar a la escuela a tiempo. Recogí mi mochila del suelo y seguí a Jungkook por las escaleras del autobús esperando a que subiéramos. Siempre fue así, Jungkook subía primero y yo lo seguía de cerca.

— Negro. — Jungkook se dio la vuelta, todavía tenía sus gafas a pesar de que no había suficiente luz del sol que entra por las ventanas del autobús, como para que las necesitara.

— ¿Qué? — Paré de caminar y levanté la vista hacia él.

— Mi color favorito es el negro.

7:15 ➤ KookTae | Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora