Sunmin insistió en darnos a Yosun y a mí algo de intimidad dentro del granero. Sólo habíamos tenido momentos robados en las últimas dos semanas, siempre con el temor de ser descubiertos por Miseok u otro peón.
Consideramos la posibilidad de escabullirnos el domingo después de la iglesia, pero mi padre lo estaba pasando mal y mi madre necesitaba ayuda. No podemos permitirnos contratar a una enfermera, y en sus días más difíciles, cuando su memoria no es tan buena y su frustración llega a su punto máximo por no poder usar su brazo o pierna derecha, yo siempre colaboro. Es imposible que no lo haga.
Hubo tantas veces que quise contarle a mi madre mi secreto más profundo, que estaba enamorada de mi mejor amigo, pero sabía que nunca lo entendería. Además, ella tenía muchas otras presiones con mi padre y la granja, y de ninguna manera quería causarle un estrés excesivo.
Pero Sunmin ha sido un regalo del cielo. Vino el lunes siguiente con el pretexto de visitar a mi madre durante nuestra pausa para comer. Y Dios, no sé cómo se supone que debo pagarle.
Robar cualquier tiempo a solas con Yosun se sentía como un sueño imposible. Como una picazón bajo mi piel, esta necesidad desesperada de abrazarlo, de decirle lo mucho que significa para mí, que no sea con miradas significativas a través de un pajar o alrededor de la vaca en el pasto.
Cuando nos besamos, la sensación es explosiva, como si él hubiera ocupado todo el espacio disponible en mi corazón y éste no tuviera otro lugar al que ir que a derramarse en oleadas de afecto y amor.
Así que hoy pudimos subir al pajar y compartir el almuerzo juntos, Yosun dándome bocados de su manzana Granny Smith mientras maldecía y se quejaba del sermón del predicador del día anterior. Su lectura de Sodoma y Gomorra del libro del Génesis, y su advertencia de fuego y azufre sobre lo que él llamaba pecados de la carne.
"Un montón de bazofia es lo que es", dijo Yosun. "Ese pasaje bíblico se refiere a ser deshonesto, codicioso y también poco acogedor. No se trata de nosotros. Nunca sobre nosotros".
"Pagano", dije mientras le daba los últimos trozos de mi sándwich de mortadela. "Amas a este pagano", respondió Yosun, besando mi mejilla.
"Lo amo", admití. Siempre le he querido, y lo haría hasta mi último aliento.
Yosun se hundió de nuevo en el heno con un suspiro. "Nunca nos aceptarían, Seun. Nadie entendería jamás nuestro amor. Incluso mi lamentable excusa de padre, que asiste a los servicios y recita todas las palabras correctas antes de buscar refugio en su ginebra, sería más aceptado que nosotros".
Me tumbé a su lado, con el estómago revuelto por la verdad de sus palabras. "Sunmin lo entiende", ofrecí, y Yosun sonrió.
Me animó a recostar mi cabeza en su pecho, justo contra su corazón, mientras pasaba sus dedos por mi pelo. Me encantaba que me tocara con tanta libertad. Podía sentir su pulso firme contra mi oído, y eso ayudaba a calmar mi propia respiración agitada.
"He oído que hay lugares en las grandes ciudades donde los hombres como nosotros podemos ir y sentirnos seguros", dijo Yosun con voz soñadora mientras sus dedos se bifurcaban entre los rizos de mi nuca.
Inhalé bruscamente. "¿Como un piso franco?"
"Más bien un pub o un abrevadero donde seríamos libres y estaríamos protegidos, al menos durante la noche".
"Envidio a esos hombres", dije, besando su pecho y observando cómo se le ponía la piel de gallina. No había nada en el mundo como besar a Yosun. "Sería imposible viajar sin mucho dinero. Además, mi madre..."
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Some Fate and Starsdust (JINSU)
FanfictionTras la muerte de su esposa, Kim Seokjin da un paso para hacer realidad su sueño y compra la casa con el granero en ruinas por la que se había sentido inexplicablemente atraído en la pintoresca Andog. Pero después de un año, él no puede superar su d...