Pareja

804 63 4
                                    

Harry Potter se encontraba en su habitación, en el número 4 de Privet Drive.

Se encontraba lavando los platos sucios de la comida que el mismo preparo pero no pudo probar.

Aprovecho ese tiempo solo con sus pensamientos para repasar todo lo que le había ocurrido en ese último año, que tan rápido había pasado.

Primero, se entera por el señor Weasley que Sirius Black, el asesino que supuestamente había delatado a sus padres con Voldemort, había escapado de Azkaban y probablemente lo estaba buscando para matarlo.

Luego el tren en el que iba camino a Hogwarts fue abordado por dementores, que el ministerio había enviado para capturar a Sirius Black.

Era curioso que el ministerio prefiríera enviar criaturas, si se podían llamar así, que se usaban para custodiar a los presos de Azkaban para atrapar al fugitivo y permitir que los estudiantes estén en peligro constante, ya sea por los dementores o por el supuesto asesino que andaba suelto por el castillo.

Mas tarde descubrió que el asesino que lo estaba buscando era en realidad su padrino. Quien había sido engañado para que pareciera que fue el quien traicionó a los Potter. Cuando fue Peter Pettigrew, otro de los amigos de sus padres y uno de los merodeadores quien, luego de haberlos traicionado, mató a unos muggles y se cortó un dedo para inculpar a su padrino, y había estado fingiendo ser una rata durante años.

Salió de sus pensamientos cuando fue llamado por su tío.

“Fenómeno, ve a limpiar el jardín, a ver si así sirves para algo”, por años ese había sido su nombre, nunca conoció otro hasta que un día se le ocurrió preguntar porque todos los niños tenían un nombre y el no. Las marcas en su espalda eran muestra de que jamás debió hacer esa pregunta. Al menos esa vez, si obtuvo una respuesta. Según su tío, el no merecía un nombre, ya que era un fenómeno, no tenía valor ni importancia, no merecía ni existir, mucho menos un nombre.

Al final, cuando lo mandaron a la escuela, decidieron decirle que su nombre era Harry, Harry Potter, puesto que no querían llamar la atención porque su sobrino no tenía un nombre.

Algo bueno fue que al descubrir que era mago, ellos empezaron a temerle. Si a eso le sumamos la amenaza de su padrino, un preso fugado y que era buscado por asesinato, aunque el era inocente, sus parientes no tenían que saberlo. Ya no recibía tantos castigos, todavía tenía que hacer ciertas tareas, pero sin duda había una mejoría.

Secándose las manos y dejando el trapo de cocina en la encimera, se encamino hacia la puerta.

Paso junto a la puerta que daba a la sala y observo como los tres Dursley se encontraban en ella.

Petunia, Vernon, y la foca que tenían por hijo estaban sentados en los sillones, la televisión estaba prendida, al parecer estaban viendo una película, en la escena los dos protagonistas estaban bailando, la chica miraba al chico con amor en sus ojos, y el le devolvía la mirada, ambos detuvieron su baile para besarse.

Su vista se nubló un poco y pronto se oscureció. Cuando esta se aclaro ya no se encontraba en la casa de los Dursley.

Se encontraba en medio de un prado muy hermoso. Este estaba lleno de flores, los animales pasaban tranquilos, era una vista digna de admirar.

Otras dos personas se encontraban allí. Ninguno parecía notarle.

La mujer era hermosa, su cabello rubio estaba finamente recogido en un moño decorado por flores. Sus ojos eran tan hermosos y del mismo color del cielo despejado. Algo que asusto un poco a Harry eran los colmillos que la chica tenía, los cuales se veían debido a su sonrisa.

Pero algo que si desconcertó mas a Harry fue que el hombre era extremadamente parecido a el.

Compartían el mismo cabello indomable, en su caso llegando casi a los hombros, los mismos ojos verde avada y la misma sonrisa. Era como una copia de el solo que unos años mayor.

“Lamento la tardanza, padre no me quería dejar, tuve que esperar a que se durmiera”, habló apenada ella.

“No me importaría esperar la eternidad para verte”, ambos sonrieron y se dieron un profundo beso.

Pronto la escena cambio, se encontraban en un bosque muy hermoso. La misma pareja estaba a los pies de un gran árbol.

“Desde el primer momento en el que te vi, supe que estaba perdido. Intente ignorarlo, intente olvidarte, pero cada que te veía terminaba mas y mas enamorado de ti. No me importa lo que pase, te amo, y eso no va a cambiar. Y quiero pasar el resto de mi vida contigo”, él hizo una pausa para arrodillarse, con una rosa negra en la mano continuó.

“¿Te casarías conmigo?”

“Si”, la chica se lanzó con los ojos llorosos hacia él que la recibió gustoso.

Una vez mas la escena cambió.

Ahora se encontraban al lado de un lago.

Un enorme árbol le hacia sombra a las personas que estaban al pie de este.

Al igual que con las anteriores, nadie parecía notar a Harry.

Los dos que había visto antes se encontraban parados en medio de un circulo de pétalos rojos. Fuera del circulo, una chica estaba junto a la rubia, ambas eran muy parecidas, solo que en vez de tener el pelo rubio, el suyo era de color negro como la noche, y sus ojos de color chocolate.

Frente a la pareja, un chico muy parecido a su copia se encontraba recitando unas palabras.

Harry asumió que era una especie de boda, solo que era bastante diferente a la que el conocía.

Justo cuando ambos novios estaban por dar terminada la ceremonia, algo, o mas bien alguien, los interrumpió.

Harry Potter y la Historia Jamas Contada (Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora