Capítulo 25: Sellando el doloroso trato.

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Después de pasar un buen rato hablando sobre cómo me sentía, cada mochuelo se fue a su olivo. Michelle pasó la noche en mi casa y de mi padre no había rastro. Supuse que estaría en algún bar, como de costumbre, porque no es ninguna novedad si es el caso.

Ambas estábamos acostadas en mi espaciosa cama, no podía dormir. Ni siquiera tomándome pastillas o una mísera tila conseguía calmar mis nervios. Era física y psicológicamente imposible. Las horas pasaban y pasaban con lentitud, mi despertador estaba sobre la mesita de noche colocado de cualquier forma y apuntaba que eran las cuatro de la madrugada.

—¿Chelle? —susurré.

—¿Sí? —susurró de vuelta.

—No puedo dormir.

—Yo tampoco.

—No quiero volver al instituto. —musité.

—Bueno, piensa que mañana es el baile y luego hay un pequeño puente de vacaciones.

—Ya, pero... No es lo mismo que antes.

—Entiendo que te sientas así, Nessie.

—Lo sé, pero...

—Pero nada, ya verás como con ayuda de John saldrás de este marrón.

—¿Qué quieres decir?

—Estoy segura de que la sesión de fotos te catapultará.

—¿Tú crees?

—Sí... Ahora creo que deberíamos dormir, si no mañana tendrás unas ojeras increíbles.

—Vale, buenas noches, Chelle.

—Buenas noches, Ness.

La chica me abrazó y me retuvo entre sus brazos hasta que me dormí, estuve pegada como una lapa a mi amiga. Era como una hermana mayor para mí, confiaba plena y ciegamente en ella, más que en cualquier otra persona. Michelle es muy buena, no es ningún monstruo del infierno como dicen por ahí.

Me desperté a las ocho de la mañana, me preparé para la sesión y esperé a que John me pasara a buscar. Estaba sentada junto a mi amiga en el sofá.

—No es por nada, pero John es mejor que Cook... Sé que no es fácil, pero yo le olvidaría solo con ver a ese buenorro de ojos azules. —sugirió Michelle.

—Turquesas. —corregí.

—Si no te importara mucho cómo le describo no me hubieses corregido, ¿No crees?

—Eres de lo que no hay...

—Pero en serio: olvida a Cook, yo te ayudaré.

—De un día a otro no ocurrirá con tanta facilidad, pero es cierto que, desde que paso más tiempo con John... Es como que a veces los comparo, ¿Sabes? Siempre pienso en Cook, pero con sus idioteces hace que me interese por John.

—Te entiendo, me pasaría igual.

—Es que es complicado.

—Es que vas y te enamoras de un fiestero malcriado.

—Tampoco he escogido de quién me enamoro, ¿Vale? —me reí.

—Vaaale. —se reía.

Una notificación en mi teléfono móvil salió disparada, John ya estaba en la puerta.

—Vale, me voy. —dije.

Me levanté del sofá y fui flechada hacia el coche de John, estaba aparcado en frente de mi casa. Era impresionante, y lo digo yo que a mí no me gustan los coches... El color del vehículo era negro y también incluía ventanas tintadas para mayor privacidad y seguridad. Era obvio que la familia de los Brown es prestigiosa y sobre todo porque sus padres son famosos.

El diario de Nessie Ayers | SKINS UKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora