Capítulo 4: Los cuatro ancianos y su plan de cupido.

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—¿Qué día y a qué hora? —pregunté, rodando los ojos.

—Si me dais vuestros números os avisaré con tiempo. —respondió Cook, sonreía subiendo y bajando sus cejas.

—Vale, creo que no solo lo utilizaremos para eso. —soltó Effy.

Effy intercambió miradas coquetas con el rubio provocando un estado de incomodidad para mí, estaba siendo la aguanta velas. Por suerte, los otros dos mosqueteros compartían mi posición y compartimos la tensión y vergüenza que podían cortarse con un hacha. El timbre de las clases sonó y nos venía como anillo al dedo para enfrentar la situación, literalmente estábamos salvados por la campana. Junté mis manos cómo si fuera a rezas y las alcé mirando al techo, agradecida con el de arriba.

—¿Qué nos toca ahora? —pregunté.

—Pues... Creo que música. —respondió JJ.

—Vaya tostón. —se quejó Freddie.

—Nosotros nos quedaremos un momento aquí —dijo Effy, se refería a ella y a Cook—. ¿Verdad?

—Esto... —dijo Cook, no muy convencido.

Sus ojos se posaron en mí como si esperara a que yo me opusiera a la propuesta o dijera algo. ¿Es estúpido o qué? Nunca me interesaría por él y Cook tampoco lo estaba en mí. No iba a estarlo nunca y no pretendía que lo hiciera.

—Sí, claro. —soltó Cook, rindiéndose.

Por la forma en la que me dedicó un último análisis, supe que se había molestado en cierto modo conmigo. ¿Y qué se esperaba? Nunca podría hacer nada conmigo... ¿Quién se creía para tirarse semejantes flores a sí mismo? ¡Menudo tonto!

No iba a enamorarme de un arrogante, estúpido y asqueroso como Cook. Eso no podía pasar bajo ninguna circunstancia y debía repetírmelo a mí misma todo el tiempo. No porque me hubiese sentido en algún punto atraída por Cook, que no, era más un... Un recordatorio, sí eso.

—Vamos a clase, van a estar muy ocupados. —resoplé.

JJ y Freddie asintieron con la cabeza y nos organizamos para intuir por dónde estaría situada el aula de música, iba a ser tarea difícil. Cada vez que alzaba la vista para encontrarme con la sonrisa de Freddie, mis ojos se encontraban con los de Cook, el rubio estaba posicionado justo detrás de él. Invadía mi campo visual, sus ojos azules como el mar me retenían en su red haciendo que me sintiera ahogada en pensamientos que no sé explicar.

—Vámonos, podemos pensarlo mientras caminamos por los pasillos. —les dije a los dos chicos con los que iba a asistir a la clase.

—Tienes razón. —soltó Freddie.

—Lo sé. —presumí.

—Menuda una. —se reía Effy.

Le guiñé un ojo a mi mejor amiga, ese minúsculo gesto hizo que ella soltara una risita por lo bajo mientras se peinaba su cabello con sus finos dedos. Últimamente, parecía reírse o emocionarse por todo lo que yo hacía, incluso por las chorradas que no tenían gracia alguna.

Me sentí observada como si alguien me tuviera como foco principal. Cook me miraba con intensidad, su atención estaba sobre mí y acabé devolviéndole la mirada con algo de frialdad. No separamos nuestros ojos del otro hasta que me giré hacia la puerta de la sala, encaminada hacia mi destino.


☆☆☆


—¿Alguien sabe sobre lo que podemos aprender acerca de las tonalidades en el segundo trimestre? —preguntó la profesora Karen.

Alcé mi mano con una media sonrisa, segura de mí misma por una vez en la vida. Las clases de análisis musical que hice en el pasado debían servirme de algo al fin. Sin embargo, la profesora parecía esperar a que alguien más alzara su mano, o simplemente, a que nadie lo hubiese hecho.

El diario de Nessie Ayers | SKINS UKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora