Comienzo de una nueva vida

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Desperté gracias a una acidez que sentía en mi pecho y eso me ahogaba, no podía creerlo, 3am y yo despierta, no podía ni cerrar los ojos un momento por que tenía 0% de sueño, pero también 0% de energía, era todo tan raro, y más me hacia sentir mal por lo que ayer me dijo Shikamaru. ¿Qué me dijo?, pues que Neji se había puesto muy enojado al yo irme de la casa, me estuvo buscando por un rato, pero como era tarde dijo que mañana, osea hoy, me buscaría. No creo que logré dar a mi casa, esta en una "esquina" literalmente de Konoha. Aparte de ese malestar, tenía los pechos hinchados. Me levanté de la cama y aún tenía mucho por arreglar y comprar, aparte de conseguir un trabajo pero no puedo salir por ahí corriendo el riesgo de que Neji me encuentre.

Me bañe lentamente, lo que me gusta de esta casa es que tiene una enorme bañera, puse la tele como fondo de sonido para no sentirme tan sola y use jabón con aroma a lavanda que me tranquilizó realmente. Pero en eso recibo una llamada al celular.

-¿Si?.- se escuchaba mucho ruido del otro lado de la linea

-¡Himeko-chan! ¡Himeko-chan!.-

-¿Qué pasa Naruto?, ¿estas bien?.-  parecíera que estaba agitado

-Neji me esta persiguiendo, quiere sacarme a golpes donde estas en este instante, no no no ahhh! ahí viene.-  escuchaba que alguien brincaba, quizá entre árboles o la misma piedra y se escucho a Neji gritarle "¡Naruto no seas cobarde!".

-¡Naruto tranquilo! corre... pero lo más importante no le digas donde estoy.-

-¡¿Qué dices?! ¡me va a matar!, espera Neji, Neji, Nejiiii!.- se cayó su celular 

-Cuelga el teléfono ahora.- antes de que Neji lo colgara Naruto dió su último grito de ayuda.

Me siento una gallina, Naruto se llevo los golpes por mi culpa, pero arreglaré la situación. Sho ya estaba más grande y lo entrené para que obedeciera un poco más, bueno realmente yo no lo hice, le pedí a Kakashi y a sus perros que me ayudarán, acaban de regresarmelo ayer al encontrarme con Kakashi-sensei.

-Sho ven acá.- le grité mientras me cambiaba y rápidamente llego a mi cuarto

-Necesito que rastreés a Neji mientras yo busco a Naruto, ¿entiendes?.- el dió el ladridó que significa "correcto"  y yo le puse una camisa de Neji que tenía guardada para que lo oliera. Salió disparado y mientras él buscaba yo acomodaba los muebles, pocos, que tenía que sacar de cajas y primero acomode unos pequeños sillones que tenía en mi cuarto, después cuando quizé limpiar la cocina Sho llego.

-Dime dónde esta.- el salió y brincó hacia el tejado, yo con un esfuerzo pude y apunto hacia el supermercado que se encontraba en el centro de Konoha, le pregunte si alli y ladró asintiendo. Salí de mi casa para ver a Naruto mientras Sho me acompañaba y me decía si Neji estaba cerca.

Llegue con mi rubio amigo y tenía la cara hecha pedazos y eso me lleno de enojo.

-Naruto, lo siento.... pero él pagará por esto.-  el se levantó y me tomo de los hombros

-Yo entiendo por qué estaba tan enojado.- tenía una voz aspera que hacía que mis entrañas se revolvieran entre sí

-¿A que-que te refieres?, deberías estar enojado.- baje la cabeza y el sonrió

-Sabe que estas embarazada.- lo miré y el corazón se me quería salir

-¡LE DIJISTE, MALDITO TRAIDOR!.- a lo que el se me quedo mirando

-Mentira, se que tu no lo harías...se quien lo hizo.- me volteé hacia la puerta

-Hinata.- asentí, le prometí una cena para recompensar su paliza y me fuí.

Fui a un lugar que decía que solicitaban ayudante, una tienda de máscaras. Allí me dijeron que el trabajo sería de cortar el contorno de la máscara y darle un diseño, la paga no era mala así que asentí, me hicieron muchas preguntas, les entregué unos papeles y firmé.

Estaba decidida a ir a la casa Hyuga, pero apenas pise la calle, Sho empezó a llorar bajo y sabía lo que significaba.

-¡Himeko!.- esa voz, inconfundible, Neji estaba detrás de mí y no tenía como perderme. Comencé a correr, más lento que antes, con un muy enojado y veloz Hyuga detrás de mí, brincamos entre tejados, incluso quise perderlo en el bosque, la montaña, pero llego un momento en el que no pude más y me desmayé.

Escuchaba unos ruidos, como metal golpeado y eso me despertó. Estaba en mi cuarto, en la casa que había comprado, ¿cómo llegue aquí?. Me asomé al piso y estaba Sho, lo desperté y volvió a llorar, eso significaba que Neji estaba aquí. Baje sin hacer ruido y estaba él tan lindo, con un mandil cocinando algo que no olía mal.

Baje y no pude evitar abrazarlo.

-Sueltame ahora.- le obedecí pasmada y el me miró

-¿No pensabas decirme de nuestro bebé?.- yo solo contenía las lágrimas y el insistía en contestarle

-No iba a hacerlo, por qué, gracias a mi terquedad de tener relaciones sexuales, paso esto.- lloré, un llanto silencioso y tranquilo, sentí sus brazos rodearme y colocarme en su pecho en un cálido abrazo que hizo sentirme más tranquila.

-Himeko, esto lo hicimos los dos, no tu sola, así que es responsabilidad de los dos, no es una culpa.- levantó mi cara y me dió un beso muy lindo en la mejilla

-Estaré contigo y... con nuestra hija o hijo.- yo reí

-¿Qué quieres que sea?.- 

-La verdad, espero que sea una niña hermosa y alegre.- yo lo abracé y el correspondió

-Bueno, falta mucho para saberlo, apenas tengo 2 meses y medio.- 

-¿No te haras exámenes para saber que sexo es?.-

-Quiero que sea sorpresa.-

Y así inicio una nueva vida, con trabajo, mi aún novio Neji y la larga espera de mi bebé. Pero todos sabemos que la vida no es de color pastel.

Oportunidad (Segunda temporada Es posible)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora