Cuando JiSung llegó a la costa, fue en verano.
Nunca tuvo planes reales, especialmente cuando su estigma de vivencia se había reducido a querer ser atropellado por un camión en cualquier momento deseado. No obstante, la tentadora idea de serlo solamente permitiría a fracasar en su esporádica misión.
—¿Sabes que puedes decirle que no? —SeungMin le mencionó, viéndolo empacar sus cosas en su bolso.
—¿Tú le dirás que no a mi madre? —cuestionó de vuelta JiSung.
SeungMin presionó sus labios con fuerza y le dio la razón. —Sí- esa señora da miedo.
—Pásame el cargador de mi laptop, por favor —pidió JiSung.
Su madre estaba preocupada, lo que hacía a JiSung sentirse culpable. Ella incluso le había regalado una pequeña bola de nube que él había bautizado con Bbama- o, bueno, así fue como el cachorro quería llamarse ya que dijo que lo había escuchado en alguna parte. Tenerlo como un bebé en su cama, hablándole sin parar sobre las magníficas cosas que JiSung tenía en la vieja casa de campo terminó por convencerlo en querer acabar con su vida en cualquier momento.
Es por eso de que, en el desespero de su madre, ella decidió mandarlo a la casa de unos conocidos- podrían denominarse amigos de la infancia, pero JiSung había dejado de tener contacto con ellos a los trece años cuando se dio cuenta que no podía pasar todas sus tardes sobre los árboles para tener un poco de señal en su celular e involucrarse en la vida de ellos.
El tiempo era cruel y justo, pero sobre todo ayudaba a crecer, por lo que fue un peso menos para él saber que ni Chan ni ChangBin tenían rencores con él como JiSung con ellos. Podría lidiar los tres meses con ellos.
—¡¿Vas a traerme algo?!, ¡Dime que vas a traerme algo! —la voz de Bbama era chillona, como el sonido de sus ladridos, y era tan activa que a veces enfermaba a JiSung—. ¿Te irás por mucho tiempo?, ¡Sabes que te echaré de menos!, ¿Tú me echarás de menos?
—¿De qué hablas?, tú irás conmigo —le comentó JiSung.
Bbama, completamente sorprendido, comenzó a girar sobre la cama de JiSung mientras pegaba fuertes ladridos. —¡Te voy a acompañar!, ¡Te voy a acompañar!, ¡Te voy a acompañar!
—¿Y yo puedo acompañarte? —preguntó SeungMin a JiSung, mientras tomaba a Bbama para hacerle cariño y este repetía amor, amor, amor, mostrándole la barriga.
—No. Tú te quedas acá —sentenció él—. SeungMin, te juro que, si te veo allá, te mato.
SeungMin puso sarcásticamente sus ojos en blanco mientras se recostaba en la cama para seguir haciéndole cariño a Bbama, quien con emoción se restregaba en el pecho de él.
—Espera —Bbama se detuvo para ver a JiSung—. ¿Cómo me iré a allá?
Entonces, JiSung sonrió maquiavélicamente. —Drogado, ¿Cómo no?
Había empezado hace cerca de tres años atrás, cuando su abuelo le había pedido ir a revisar una vaca enferma al granero y éste le preguntó cómo se encontraba. Nunca se esperó a que la vaca, realmente, le contestara.
Y de repente, todo empeoró.
No eran las vacas. Eran los pollos, las gallinas, los pavos y gansos. Algunos cerdos tenían un gran sentido del humor, y las diucas eran bastante chillonas y quejonas. Las ratas eran más chismosas, y a veces incluso era hasta divertido conversar con ellas porque JiSung podía enterarse de historias tan extrañas que sus vecinos tenían. Los perros eran agradables y los gatos eran soberbios. Incluso los peces podían enseñarle más de la vida que las orugas.
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Estrella perdida en una noche de verano [#1]; Minsung
FanfictionCuando Han JiSung llega a la playa, es en verano. Su corazón duele hasta el presente cada vez que escucha a los animales y los comprende, y su depresión empeoraba cada interacción que él tenía con ellos. Aunque su cachorro Bbama fuera una nube de fe...